Zona de riesgo, un bello libro sobre la obra retrospectiva de Carlos Aguirre
Reportera: Guadalupe Ochoa Aranda
Fotografías: José Ventura Flores Velasco
En el México contemporáneo, la presencia del trabajo artístico y de investigación de Carlos Aguirre sobre los lenguajes del arte, asociado a los mecanismos ocultos del poder y de la violencia del narcotráfico, se ha convertido en la espina dorsal de la denuncia directa, no exenta de humor negro. Zona de Riesgo, es el reciente libro editado por la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco (UAM-X), en el cual la curadora Pilar García hace la retrospectiva de su trabajo visual marcado por las premisas del arte conceptual.
La curadora Pilar García proyectó imágenes de la obra de Carlos Aguirre para explicar la configuración de este libro “ajeno a la narración cronológica-biográfica, cuya intención es explorar y reflexionar sobre los ejes transversales que marcan su agudo interés en asuntos político-sociales a lo largo de cuatro décadas”.
El pionero del arte conceptual en México es profesor-investigador de la UAM-X desde 1978. Ha desarrollado un amplio y complejo trabajo para visibilizar el abuso del poder y los momentos oscuros de la historia social de nuestro país. “Su obra muestra los efectos humanos y sociales de las empresas ilegales del narcotráfico y las problemáticas globales vinculados con la imposible justicia, la pederastia tolerada por las instituciones y la mecánica de la guerra entre las potencias mundiales”, anotó la curadora.
Indicó que el título de la presente publicación deriva de la exposición retrospectiva que tuvo lugar en el Museo de Arte Moderno (MAM) en 2015. Observó que en su obra persiste “una necia e imaginativa experimentación de nuevos lenguajes y una constante preocupación por retomar soportes y materiales que lo han colocado como un pionero en la instalación y un innovador en la gráfica de mediano y gran formato”.
Carlos Aguirre es, en palabras de Pilar García, un artista clave en la escena del arte contemporáneo desde finales de los años setenta, su trabajo colaborativo se observa cuando formó parte del Grupo Proceso Pentágono, así como con otros colegas con quienes comparte su actividad docente ejercida de manera continua en la UAM-X, lo que ha marcado de manera significativa la formación de varias generaciones.
Pilar García habló de la necesidad de traer a la memoria cómo Carlos Aguirre, en la década de los noventa, fue uno de los primeros artistas en irrumpir la escena artística mexicana al incorporar materiales orgánicos, huesos, órganos y cenizas humanas para denunciar, de manera directa y efectiva, las secuelas de las partículas contaminantes. Esto tuvo lugar en el Museo de Arte Carrillo Gil (1990), cuando por primera vez mostró una instalación que incluyó pulmones con antracosis (enfermedad pulmonar), lo cual provocó un debate sobre el sentido y contenido de sus aportaciones.
“Su formación en la carrera de diseño industrial, en la Universidad Iberoamericana, en la Ciudad de México, y en la Central School of Art and Design, de Londres, no sólo le dio herramientas para desempeñar una profesión en el campo artístico, sino también una importante participación en el área editorial. Produjo 1,200 portadas con casas prestigiosas como Alianza Editorial, Océano y Alfaguara, así como en revistas pioneras como Debate feminista”, entre otras.
Refirió que el estudio de la semiótica en Londres fue vital para introducir en su obra textos, contextos y signos, a partir de mensajes periodísticos o callejeros, cuyo interés fue cómo estos textos son leídos e interpretados por el público. Conjuga arte-diseño-escritor cuando integra en sus piezas letras y palabras con variaciones tipográficas, a partir de un montaje serial en el cual reescribe y revisualiza, apuntó García.
En estas intervenciones se observan obras tempranas sobre la Revolución Mexicana. Ahí, “Aguirre busca desliteralizar o desmediatizar los mensajes que circulan en la vida social, y al hacerlo, los vuelve insinuantes e inminentes, no porque elimine la proliferación de mensajes, sino para que emerjan otros sentidos de los mensajes manipulados por el poder y las empresas mediáticas”, agregó.
Las siete líneas que atraviesan y estructuran Zona de Riesgo son: 1. La naturaleza y la denuncia ambiental; 2. Situaciones límite. Violencia y naturaleza; 3. Denuncia del ejercicio de poder; 4. Revisiones de la historia. Una lectura crítica de la historia oficial de la Revolución Mexicana; 6. Experimentación gráfica; 7. Proyectos y comisiones; todas las cuales nos llevan por los senderos de la creación múltiple de Carlos Aguirre.