Letras en línea
Anaid Bernal García
Alumna de la Unidad Xochimilco
Totito
Mi familia me contó que me amaste desde el primer día de mi existencia, y las fotos que me muestran lo confirman. Siempre junto a mí, con tu sonrisa y paciencia para jugar conmigo, recuerdo perfecto esos días en los que al salir del jardín de niños me esperabas en primera fila, me llevabas a los columpios a jugar y me comprabas un jugo.
En vacaciones, cuando salías a correr a la orilla de la playa, siempre regresabas con algo para mí: conchitas, monedas, frutas… lo que fuera que te encontraras. Pasaron los años, y a pesar de que cada ves crecía más y más, en las fotos siempre salimos juntos, nos sentábamos cerca a la hora de la comida y la conexión que teníamos era incomparable.
Muchos chavos de mi edad esperan terminar sus deberes para salir con sus amigos, o con sus parejas, y yo sólo pensaba salir rápido de trabajar para ir a verte y comer contigo antes de irme a la escuela. Y, ¿qué me dices del ultimo 14 de febrero que pasamos juntos? ¿Lo recuerdas? Me invitaste a comer y cuando regresamos a casa me preparaste un capuchino y regalaste un pastel.
Abuelito, mi primer y gran amor. Gracias por amarme cada día de tu vida a lo largo de todos estos años, hace apenas unos meses ya no estás con nosotros y yo te extraño cada día más. Nunca me imaginé cómo sería la ultima vez que te vería, pero cuando pasó, lo sentí, lo supe… supe que no te volvería a ver con vida y lloré, lloré mares de lágrimas sola y en silencio antes de saber que ya no estabas con nosotros.
Me enseñaste el significado del amor incondicional y estoy segura que nunca nadie me va a amar como tu lo hiciste.
Te amo abuelito, te mando un beso donde quiera que te encuentres. Te extraño como nunca he extrañado a alguien.
Anaid