Publicación bimestral de la Coordinación de Extensión Universitaria

Cobertura UAM Xochimilco

A 50 años de la obra de Castoriadis, la UAM-X convalida sus teorías 

A 50 años de la publicación de la obra Actualidad de la institución imaginaria de la sociedad, de Cornelius Castoriadis (1922-1997), la maestría en Psicología Social de Grupos e Instituciones y la Cátedra Interinstitucional Cornelius Castoriadis, con sede en la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco (UAM-X), convocaron a estudiosos del tema para disertar la vigencia de la publicación y los aportes teóricos del filósofo greco-francés.

En el foro Actualidad de la institución imaginaria de la sociedad (1975-2025). Debates y relecturas en torno a la obra de C. Castoriadis, conducido por la maestra Verónica Gil Montes, coordinadora del posgrado, el doctor Roberto Manero Brito, profesor investigador en la Unidad Xochimilco, apuntó la influencia de Castoriadis en la universidad y, en particular, para el posgrado.

Recordó que sus teorías sirvieron para repensar las vías del psicoanálisis en la UAM y, sus planteamientos, que comulgaban con muchas de las ideas que emanaban en ese entonces para la concepción del programa educativo, permitieron dar sentido a esta corriente que guía el programa de estudios.

El doctor Rafael Miranda Redondo, egresado de la segunda generación de esta casa de estudios y referente de la Cátedra Interinstitucional Cornelius Castoriadis, identificó como ejes fundamentales de la obra los conceptos de “hacer sentido” y “hacer sociedad”, preceptos que se vinculan al proyecto de la cátedra y al de la propia Unidad Xochimilco.

De la obra publicada en 1975, el académico mencionó como aporte principal “la dimensión imaginaria de la sociedad, a través de una reivindicación del carácter político del psicoanálisis, un saber que, por lo menos en México, es mal visto en el ámbito académico”.

En suma, expresó Miranda, “lo que está en el origen de las teorías de Castoriadis, y que, de alguna manera manifiesta a través de su obra, es la posibilidad de hacer sentido nuevo y en esa medida hacer sociedad”.

Otros conceptos que explicó el investigador fueron los de “el origen de la representación”, vinculado con el hacer o con la facultad del imaginario radical que crea nuevas formas. El contenido social-histórico de la sublimación que, para Castoriadis, tiene lugar a partir de contenidos social-históricos. Y la creación de sentido, que define como afecto, representación e intención inconsciente.

Quentin Mur-Rodriguez, investigador en la Universidad de Ottawa, Canadá, se valió de un esquema que traza la evolución de la teoría revolucionaria del marxismo, en el periodo de 1965 a 1975, para clarificar a partir de los conceptos de “la imaginación radical” y “el histórico social”, la crítica que Castoriadis hace del marxismo y de la política erigida en el periodo señalado.

“La imaginación radical” se bifurca analíticamente en lo individual, fruto del trabajo psicoanalítico; “el histórico social”, desde el cual Castoriadis establece la importancia de pensar siempre el aspecto socio- simbólico de la política, una totalidad que en el ámbito actual se observa de manera unificada. Este concepto, que más tarde desarrolla “a partir de la institución del mundo desde la institución de la naturaleza exterior, la institución del individuo social y la institución de la sociedad, del cual surge el concepto de sociedad y la política”.

La línea de lo individual, dice Mur-Rodriguez, establece que el individuo sin el aspecto social no está preparado para la vida, por lo que en él siempre estará la presencia del otro. Esta noción que Castoriadis ilustra con la estructuración inconsciente o el super yo, se ubica en las instituciones y en el lenguaje. Por otro lado, los significados no visibles en las estructuras simbólicas, a las que Castoriadis llama significaciones imaginarias sociales, se encuentran en los que denomina “matriz instituyente” o “sociedades”.

Renaud Lariagon, investigador en el Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos, estableció el concepto de autonomía geográfica a partir de los aportes teóricos de diversos pensadores. Según Lariagon, los teóricos con los que encuentra coincidencias desechan la concepción materialista que se reduce a la dialéctica y sostienen una dialéctica idea-materia; sostenida en la teoría de que “el mundo de las ideas no se desvincula del mundo material”.

Las nociones teóricas sostienen que la concepción del espacio no se desvincula del imaginario y de los procesos de subjetivación, por lo que Lariagon retoma el concepto de “subalternidad” como experiencia de la dominación manifiesta como una conciencia de la pérdida de control; el antagonismo y la autonomía desde la concepción social del espacio de Henri Lefebvre.

Para Renaud Lariagon, tanto en Lefebvre como en Castoriadis, el imaginario son producciones sociales, es por ello que la producción imaginaria, como proceso social, siempre tiene una dimensión espacial aún hoy en el mundo tecnológico.

Germán Rosso, invitado de la Universidad de Buenos Aires, Argentina, señaló la pertinencia de reivindicar dos elementos epistemológicos de Castoriadis: El primero tiene que ver con las significaciones que concibe como vivientes, encarnadas en los modos de hacer, de decir y de representar, que se expresan a través de sus prácticas y modos de pensar. El segundo es el sujeto, que tiene una historia, nombrada por Castoriadis como la “psicogénesis”, que varía según el proceso de socialización.

En este sentido, pensar a la subjetividad como el resultado de una historia o un proceso psicogenético, y concebirla como un resultado estratificado, es fundamental en el tema de las significaciones sociales.

Otro aspecto que es necesario repensar, dijo Rosso, es el aporte y las consecuencias epistemológicas de la tesis del dominio humano, del vínculo único en “el ser”, en la que Castoriadis establece una relación indisociable e irreductible entre la psique y la sociedad.

Para Castoriadis, dijo Rosso, no existe una polaridad entre individuo y sociedad porque el individuo es ya social. En este entendido, la polaridad como dirección no tienen un sentido en sí mismo. En cambio, explicó Rosso, desde el enfoque de Castoriadis, la psique y la sociedad son dos conceptos que se contrapone por tener lógicas diferenciales, pero que al mismo tiempo son indisociables, pues una necesita de la otra.

“Entre estas dos polaridades, Castoriadis señala como punto de confluencia el sentido de las representaciones, del afecto y de las intencionalidades que se despliegan como punto de encuentro entre las subjetividades y los procesos sociales”. En suma, dijo el académico, es la crítica al intelectualismo o al mentalismo lo que diferencia el enfoque de Castoriadis de otros estudiosos de las representaciones sociales o imaginarios.

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