“La expositora ha encontrado una forma única de integrar ambos mundos: crear bordados que narran las historias del territorio. Cada puntada es una representación de sus múltiples caras, un esfuerzo por plasmar, con hilos y textura, las complejidades y riquezas que hacen de cada lugar algo único. No sólo es un arte, sino un modo de entender y reinterpretar el territorio, un proceso que involucra decisiones cuidadosas. Cada obra implica un proceso planificado”.






