Publicación bimestral de la Coordinación de Extensión Universitaria

Cobertura UAM Xochimilco

Segundas Jornadas por la Paz UAM cierra su programa en la Unidad Xochimilco

Reportera: Guadalupe Ochoa Aranda
Fotografías: José Ventura Flores Velasco

La paz, el diálogo y la escucha, en tiempos donde la naturalización de la violencia y el atropello de los derechos humanos lesionan la dignidad de las personas, los colectivos, las comunidades y las naciones, se logrará cultivando estrategias que nos rescaten de la vorágine cotidiana y nos encaminen a disfrutar la inmensa belleza de la vida, sostuvo la doctora Claudia Mónica Salazar Villava, del departamento de Educación y Comunicación de la UAM Xochimilco.

Para conmemorar el Día Mundial de la Paz, se llevaron a cabo las Segundas Jornadas por la Paz, del 17 al 21 de septiembre, organizadas por la Red de Investigación de Cultura de Paz, Justicia e Instituciones Sólidas de la UAM, con un despliegue de actividades académicas, talleres y debates en las distintas unidades académicas y espacios culturales de nuestra Casa Abierta al Tiempo.

El doctor Francisco Javier Soria López, rector de la Unidad Xochimilco, mencionó que el Programa de Redes de Investigación de la UAM constituye un esfuerzo para promover la colaboración entre los grupos de investigación dentro de la institución. Su principal compromiso, dijo, es impulsar el trabajo colectivo entre las distintas áreas y fortalecer el vínculo con instituciones externas.

Para el cierre de estas jornadas en la UAM Xochimilco, se realizó el taller “Cultivando la paz en la UAM”, impartido por la doctora Salazar, quien a lo largo de 40 años ha trabajado en intervención psicosocial en procesos colectivos en favor de la autonomía, la búsqueda de diálogos y la escucha recíproca para la atención de los conflictos a través de alternativas no violentas. 

La psicóloga indicó que las dos dimensiones inseparables de la paz son: la social y la individual. Centró el tema de su taller en la paz interior, la cual es un estado subjetivo que parece ser más ajeno a la experiencia cotidiana de las personas que habitamos los espacios urbanos.

Dijo que la competencia, la angustia, la desesperación y las múltiples formas de la guerra producen subjetividades que, a su vez, producen formas de ser en las comunidades humanas. Durante el taller, la doctora Salazar enseñó a las y los participantes técnicas de contemplación de atención plena para encontrar la paz interna.

En su oportunidad, el doctor Jesús Octavio Elizondo Martínez, coordinador de la Red de Investigación de Cultura de Paz, Justicia e Instituciones Sólidas de la UAM, señaló que estas jornadas fueron de gran intensidad, entre otras cosas, porque participaron exponentes de Colombia, a partir de un encuentro de saberes en construcción de paz con enfoque territorial.

Dijo que México se ve reflejado en el espejo de Colombia por lo que estamos a tiempo para tomar acciones preventivas de muchas de las violencias que se experimentan y que han logrado superar con programas colectivos en algunas regiones de ese país.

En estas jornadas se rindió homenaje al académico e intelectual Johan Galtung, estudioso de las violencias, a quien debemos la noción de violencia directa, a diferencia de la violencia cultural y simbólica. El término ayuda a comprender la paz negativa, positiva e imperfecta. Sus aportes teóricos y metodológicos son clave para comprender los fundamentos de los conflictos, la promoción de la justicia social y la dignidad humana, aseguró el coordinador de la red.

Por su parte, la doctora Esthela Irene Sotelo Núñez, directora de la división de Ciencias Sociales y Humanidades, señaló que la cultura de paz, justicia y fortaleza institucional son claves para la construcción de instituciones sólidas y estables en el tiempo. Habló de la importancia de apropiarnos de estos valores que deben estar en nuestras interacciones personales, ya que son un componente del aprendizaje institucional que debemos cultivar.

La cultura de paz, dijo, es un compromiso compartido, necesario para la articulación del tejido social con rostro humano, que debe estar presente en la vida universitaria y debe replicarse en todo espacio social.

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