Martha Adriana Cota Sánchez, socióloga feminista con compromiso social
Reportera Guadalupe Ochoa Aranda
Fotos: José Ventura Flores
La socióloga feminista, promotora cultural y periodista Martha Adriana Cota Sánchez, se desempeña actualmente como promotora de difusión cultural de la sección de Actividades Culturales de la Coordinación de Extensión Universitaria y Difusión Cultural de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco (UAM-X). En 1991, a la edad de 19 años ingresó a la UAM Azcapotzalco (UAM-A) como auxiliar de limpieza y, tres meses después, obtuvo un ascenso escalafonario para ocupar la plaza de ayudante de biblioteca.
Para Adriana Cota, este salto laboral fue muy importante porque le permitió realizar sus estudios de licenciatura en Sociología antes de su jornada laboral. Más adelante, cursó la maestría en Estudios Latinoamericanos en la UNAM (2007) y un posgrado en Periodismo Político en la prestigiada Escuela Carlos Septién García (2018).
Su activismo en la lucha social, su postura feminista para erradicar la violencia hacia las mujeres, su participación sindical y su compromiso en defensa de la educación pública, estuvo atravesada por un conjunto de situaciones coyunturales en el país como fue el surgimiento del levantamiento zapatista en 1994. En ese contexto y como alumna de la UAM-A, Adriana Cota participó en la creación de los grupos “Uameros por la paz” y “Las chavas mientras tanto”, este último conformado por 50 alumnas de esa Unidad para apoyar a las Caravanas por la paz, justicia y dignidad del EZLN, de manera interuniversitaria.
En entrevista con Cauce, Adriana Cota nos habla de los momentos cruciales que vivió durante su paso por las tres unidades de la UAM (Azcapotzalco, Iztapalapa, Xochimilco), y que le permitieron vincular su vida laboral con la academia y desarrollarse en el ámbito artístico-cultural. Participó en la creación del Programa Cuerpos que Importan y participó en la elaboración del primer protocolo para la Prevención y Atención de la Violencia de Género en la UAM-X. Impulsó el programa Talento Xochimilco y el cineclub Audiencias Soñadas, entre otras iniciativas.
P. ¿Adriana cuéntanos en qué momento inicia tu interés por los temas vinculados a los derechos de las mujeres?
R. Mi interés comenzó en el Taller de la Mujer que impartía la maestra Susana Huerta en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), Plantel Azcapotzalco en 1987. Consistía en reflexionar sobre las luchas feministas, la condición de la mujer y aprender las nociones académicas que se venían construyendo desde la praxis. Me uní a las voces feministas en torno a la despenalización del aborto, una iniciativa que en ese momento no fue aprobada en la Asamblea de Representantes (Cámara de Diputados) de la capital. Y tuvieron que pasar 16 años para que la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolviera por unanimidad que es inconstitucional criminalizar el aborto.
En la década de los noventas, formé parte de AVE de México (Amigos Voluntarios Educadores) para promover entre las y los jóvenes la educación sexual; a través del Taller de Sexo Seguro se aprendía de manera lúdica sobre el uso adecuado del condón y la prevención para no contraer el VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana).
En 1998 impulsamos el Primer Encuentro de Mujeres Trabajadoras en Defensa de la Seguridad Social, evento que integró a mujeres del sindicalismo universitario, de la salud y del sector central del gobierno federal. Cada dos años impulsamos dicho encuentro, analizamos los efectos de las reformas laborales impuestas por los gobiernos neoliberales y su avance en la privatización y despojo de los derechos sociales. Sostuvimos el encuentro de mujeres hasta 2014; este esfuerzo colectivo fue parte de la formación política de las mujeres en la escuela sindical del SITUAM.
En ese momento, yo vivía en el sur de la ciudad de México, y trasladarse a la UAM Azcapotzalco era sumamente desgastante, por lo que hice un cambio de adscripción a la UAM Iztapalapa en 2005. En esa Unidad participé como ponente en el Coloquio de Estado y Movimientos Sociales, organizado por académicas y académicos sindicalistas. Dicha actividad me abrió la ventana para publicar ensayos sobre la Privatización de la Seguridad Social en México.
Fui invitada por el gobierno venezolano para impartir talleres sobre el significado de la seguridad social en México, y por la Universidad Bolivariana para participar en conversatorios sobre los feminicidios ocurridos en nuestro país. Para preparar el tema, revisé datos, estadísticas y mapeos en torno a las muertes y desapariciones de mujeres en México, lo que fue realmente desgarrador, derivado de un régimen patriarcal hegemónico, machista.
Ahí mismo, un grupo de venezolanas me invitó a conocer la Cinemateca y su proyecto de Cineclub denominado Audiencia Soñada, el cual dotaba a las y los participantes de herramientas socio-culturales para identificar situaciones de violencia con una visión feminista. Esta idea de cine-debate la adapté en mi labor de promotora cultural vinculada a la academia y dirigida al sector estudiantil. Fue una estancia muy afortunada que me permitió convivir con varias agrupaciones de mujeres y compañeros con quienes hice entrañables amistades.
¿Cómo lograste vincular el estudio con tu experiencia laboral y sindical?
Cabe mencionar que mi tesis de la licenciatura en Sociología la crucé con mi trabajo bibliotecario en el cual abordé teórica y metodológicamente los efectos de la introducción de la digitalización y el uso de las nuevas tecnologías que fue otra discusión en los entornos laborales de la UAM. Por un lado, ello significó la transformación de los procesos de trabajo y una necesaria capacitación, y por otro, la urgente necesidad de digitalizar los materiales bibliotecarios (archivo histórico, hemeroteca, otros), para que los usuarios tuvieran acceso a esa información a través de distintas plataformas. El problema de fondo sigue siendo el rezago salarial, la generación de nuevas enfermedades profesionales y la falta de capacitación al personal administrativo cuyos argumentos de ese estudio realizado en 2001 siguen vigentes.
Cuando fui aceptada en la maestría en Estudios Latinoamericanos de la UNAM, enfoqué el tema en los procesos de privatización de la Seguridad Social y las Pensiones (afores) del ISSSTE, una política neoliberal que comenzó en Chile y se expandió en Latinoamérica con toda su crudeza, lo cual significó un retroceso en las luchas y conquistas de la clase trabajadora; estas reformas hoy en día siguen avanzando en Europa. Afortunadamente en México, el actual gobierno ha retomado una política laboral, social y de salud que promueve el bienestar de la población en general
En 2010 ascendí al puesto de Promotora de Difusión Cultural en la UAM-X. Ahí, retomé y adapté el cine-debate Audiencia Soñada aprendido en Venezuela e impulsé el programa Talento Xochimilco, dirigido a la comunidad universitaria que cuenta con habilidades musicales, dancísticas, teatrales o plásticas con mucho éxito. Acudió el estudiantado de medicina, química, sociólogos y diseñadores, entre otras disciplinas, quienes ahora son investigadores y profesionales con trayectorias importantes. También han participado trabajadores y trabajadoras
Tras dos años de contingencia sanitaria, fue maravilloso ver cómo a la convocatoria de Talento Xochimilco se agregaron alumnas y alumnos en el género de narrativa y poesía. Todos los participantes estaban ávidos de subir al escenario y mostrarse sin inhibiciones a su público universitario. Este espacio también sirvió para hablar sobre su vida emocional durante el aislamiento provocado por la pandemia Covid-19.
Una línea importante de mi trabajo, fue integrarme a la creación del Grupo Cuerpos que Importan en 2011, conformado con trabajadoras académicas y administrativas, alumnas y psicólogas (os) profesionales de la sección de Orientación Educativa, esto debido a los constantes casos de violencia en el noviazgo y entre pares, dentro y fuera del entorno universitario.
Para contener la violencia de género, el Grupo organizó conferencias, talleres y seminarios encaminados a la reflexión sobre los diferentes tipos de violencia que se veían como conductas normalizadas (acoso, hostigamiento o maltrato físico y psicológico, entre otros). En 2014, estas activaciones lograron que el Grupo se convirtiera en un Programa Institucional con una infraestructura básica para prevenir y atender la problemática.
Tras el Primer encuentro universitario sobre el tema de la violencia, Cuerpos que Importan se dio a la tarea de colocar los cimientos para la construir el Protocolo para la Atención de la Violencia de Género en la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, el cual fue aprobado en la sesión 4.18 del Consejo Académico. Por ello se creó una comisión para revisar y hacer ajustes normativos correspondientes, lo que nos llevó a revisar la Ley Orgánica, el Contrato Colectivo de Trabajo, la revisión de la Ley sobre Una vida libre de Violencia de la SEDATU, la Convención de Brasil Do Pará, Acuerdos Internacionales, entre otros documentos. Finalmente, en 2020 el Colegio Académico de la UAM aprobó por unanimidad las Políticas transversales para erradicar la violencia por razones de género.
Estimulada por el modelo educativo de nuestra Casa Abierta al Tiempo, la maestra Adriana Cota, es un ejemplo vivo de una mujer incansable, quien desde muy joven tenía sus propósitos sociales y académicos definidos en pos de la lucha social y por la erradicación de la violencia hacia las mujeres y por razones de género.
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