Letras en línea
Marcos Aguilar
Departamento de Atención a la Salud
División de Ciencias Biológicas y de la Salud
[…] continuamente salimos a la calle a
ver la mala facha de la realidad.
David Huerta
I
Caminar sobre los días rojizos, calientes, con un viento lleno de cenizas y pedazos de piel, bailoteando, temblorosos, entre plomos y puñales.
II
Girar en las esquinas con las manos ahogando los bolsillos, descubriendo las calles mutiladas, con concretos entintados de un color rojo de sangre, de amor, de patria; de impotencia y rabia, que esperan, amortajadas por vuelos de palomas que nunca más sabrán volver, a alguien las recoja.
III
Patear la hojalata, descubriendo entre adoquines los pinceles rotos de un joven pintor, que me observa en blanco y negro, anunciándome que acaba de morir.
IV
Cruzar los vecindarios y observarlos tristemente ocres, sepias o amarillos; atravesados por niños sin sonrisas, vacíos, sin pelo, sin ojos que observen las estrellas brillando en lo profundo de la noche, donde se escuchan en algún lugar desconocido para mí, las voces prolongadas y el canto de las almas rotas de viejos pescadores.
V
Esquivar la carrera violentada, de un hombre, que persigue tras los perros su única locura.
VI
Y pensar… que se vive a diario con la muerte.
VII
El continuo andar con el temor de hallar en polvoriento callejón, los restos de alguien que no concluye en poner sobre su cuerpo toda la mañana.
VIII
El pisotear los comics ya leídos, botellas, espejuelos olvidados, y algún montón de sangre anunciando que un desconocido no alcanzó a nacer.
IX
Son las tres de la mañana y repito la pregunta a las farolas, a las cantinas solitarias, a mi estómago vacío: ¿Cuántas bocas tendrá la muerte para besar a todo?, ¿o es dueña precisa de un beso gigantesco y fragmentario?
X
El seguir dudando, hablando a solas, con el deseo profundo… de ya no continuar.