Letras en línea
César Daniel Baltazar Galicia
Licenciatura de Psicología
División de Ciencias Sociales y Humanidades
Intenté escribir hace no mucho, pero decidí posponerlo, tenía que empezar con las clases en línea. Corriste con suerte, nunca conociste algo similar, es una tormenta disfrazada de comodidad, la situación en que nos dejaste ha cambiado sin previo aviso. Hasta poco antes de tu desaparición se podía caminar por las calles sin un accesorio preventivo en la cara, muchos lavaban sus manos cada que iban a comer o después de ir al baño, ahora vemos casos de gente obsesionada por la limpieza en todo el cuerpo.
¿Cómo estoy yo? Mi estado de ánimo ha mejorado considerablemente, a decir verdad, pasé por un lapso de bloqueo físico y emocional que casi logra llevarme contigo de una vez por todas. Opté por no mencionarlo a los demás, porque el ambiente general pedía ser estoico. O de forma simple, evitar la mención de lo doloroso que significa pausar el ciclo vital que nos ofrecen e imponen, con lo que quedó demostrado hasta la saciedad lo ineficiente del sistema económico, político y social que “decidimos” defender, aunque no faltan los que quieren continuar con la expectativa del mundo civilizado y consideran que son las mismas personas quienes no hacen nada para estar bien.
Quizá te fuiste en el mejor momento, tal vez demasiado pronto, espero que no te hayas arrepentido de la decisión durante los últimos minutos, de ser así no tengo más que sentir pena por tu ausencia. Al contrario, eres tú el que tiene derecho a sentir pena por nosotros, los que queremos seguir en este mundo.
Aferrados o con miedo continuamos en el camino, provocando desastres sobre nuestros cuerpos o ejecutando toda la bondad que nuestra especie permite. Sea como fuere, estamos en una posición que has rechazado y, sólo por eso, creo que nos conviene verte sin jerarquía y admitiendo que ni tú ni nosotros fuimos capaces de salvarse de este lugar.
Y te extraño de todos modos. Cada noche desde que ya no estás, un pensamiento ligado al recuerdo atraviesa mi mente. Al inicio, la nostalgia me envolvía hasta casi sofocarme, lloré sin saber de dónde podían salir tantas lágrimas, sin poder reconocer cómo se producía toda esa agua dolorosa; antes de continuar con la vida quise elaborar escenarios en dónde las posibilidades mantuvieran una línea regular, un futuro que no tiene que ver con el encierro o la tristeza prolongada; sin embargo, la imaginación carece de poder material, y entonces permanecí ligado a la sensación de duelo, creando mundos posibles en los que no te detuviste.
Ésta es la opinión y sensación general de tu posición actual, has sido destronado del lugar al que fuiste destinado por nuestra propia soberbia y angustia. Quedaste relegado y ahora sólo estás sin estarlo. Tengo que decírtelo porque de otra manera seguirás creyendo en tu poder para condicionar al mundo. Por favor, no seas como nosotros, ve más allá de lo evidente, el espacio te ganó la partida, la pregunta radical ya no es cuándo sino dónde, en qué lugar empezará el movimiento, en qué punto del globo volverás debilitado de tus vacaciones.
No tienes el poder de siempre, las personas consideran que ya no vales nada, aunque tú y yo sepamos que se equivocan, pues la condición dada por tu protección es irremplazable y se consume con velocidad tenebrosa. Este es el recordatorio escrito que quiero que tengas, una prueba material del dolor y la intriga que ocasiona tu ausencia.
Dicen por ahí que nos sometes a la inercia y repetición de actos sin relevancia, también mencionan algo sobre el aburrimiento que nos obligas a cultivar sin previo consentimiento, por mi parte contesto que de ninguna forma puedes ser responsable de tales barbaridades, admito pese a ello, la falta de coherencia en la posición que tienes, tu existencia es tal a partir de nuestra conciencia, en todo caso, sólo los que estamos vivos podemos sentirte y, para saber de tu situación debemos hacer uso de lo que nos hace humanos.
En otras palabras, espero que vuelvas lo antes posible, pero, descansa todo lo que necesites. Sólo envía señales de que sigues ahí de vez en cuando. Acá seguiré defendiendo tu posición, pero no seré el único, buen número de cabezas sabrán aceptar lo que digo y dejarán de concentrarse en ti de manera negativa, porque tú no eres ni bueno ni malo. Cuídate y vuelve pronto, Tiempo.