Reportera: Verónica Ordóñez Hernández

La División de Ciencias y Artes para el Diseño (DCyAD), de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco (UAM-X), llevó a cabo el foro La sustentabilidad hídrica de la Ciudad de México, en el que se analizó en tres sesiones diferidas el tema del agua: las aristas del diseño, las políticas públicas y la sociedad civil.

En la primera sesión, el arquitecto Mario Schjetnan Garduño estableció en su conferencia magistral la posibilidad de recuperar los espacios urbanos con diseños arquitectónicos que tengan como aliado el manejo del agua fluvial de forma integral a partir de una visión que priorice los valores, las necesidades sociales, ambientales y urbanas de las comunidades.

El maestro en arquitectura del paisaje y diseño urbano ejemplificó esta labor con algunos proyectos que trazan su trayectoria desde los años 80, en los que el agua, como elemento histórico de la Ciudad de México, fue un mediador para la recuperación de los espacios.

El Parque Tezozómoc, ubicado en el Valle de México, es un ejemplo de la recuperación a partir del aprovechamiento integral de 20 litros por segundo de agua de lluvia, contenidas en un cuerpo hídrico de 20 hectáreas; un diseño arquitectónico que agrupa los cinco lagos de la cuenca de Anáhuac y que, a 50 años de su creación, todavía fomenta el disfrute de más de 50 actividades recreativas y culturales que ahí se realizan y que benefician a la población.

Otro ejemplo de la amalgama hídrica-urbana es el diseño de un lago de agua pluvial de 20 hectáreas. La integración con la zona urbana comprende un centro de educación ambiental, un mirador, una isla de recuperación de la fauna, humedales, plataformas de pasto para área de juegos infantiles y una plaza de servicios para las unidades habitacionales de la zona.

Otros conceptos arquitectónicos desarrollados por el académico se ubican en Puebla, Culiacán, Sinaloa y la Ciudad de México, en la que destaca su participación en el proyecto integral del Parque Ecológico de Xochimilco, en el que colaboraron diversas instancias como la Universidad Nacional Autónoma de México, el Museo Nacional de Antropología y el gobierno de la Ciudad de México.

Como parte del foro, el arquitecto Francisco Haroldo Alfaro Salazar, director de la DCyAD, moderó la mesa de análisis La Ciudad de México, rutas para un entorno urbano con sustentabilidad hídrica, en la que participó la doctora Mary-Belle Cruz Ayala, directora de Planeación Integral, de la Secretaría de Gestión Integral del Agua; el arquitecto Ricardo Pita Szczesniewski, profesor investigador fundador de la DCyAD, y el maestro arquitecto Mario Schjetnan.

Cruz Ayala refirió que la recuperación del balance hídrico de la Ciudad de México requiere de acciones conjuntas, por lo que la Secretaría a su cargo opera con un enfoque distinto al de una instancia proveedora de servicios a la ciudadanía, para asumir la responsabilidad de la gestión con una visión integral a partir del “eje visionario de cuenca”, así como la responsabilidad del manejo de los cuerpos hídricos.

En este sentido, algunas de las acciones emprendidas tienen que ver con el mantenimiento del eje hídrico sur Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta que se enfoca en la rehabilitación de las plantas de tratamiento de aguas residuales, entre ellas, la del Cerro de la Estrella, en la que se trata el agua residual de las alcaldías Benito Juárez, Iztacalco, Coyoacán e Iztapalapa.

Otras acciones consisten en la identificación de los sitios para infiltración y tal vez para recarga; y la promoción de la eficiencia y la reutilización del agua todas las veces posibles; esta medida insta a la responsabilidad social.

El arquitecto Ricardo Pita señaló que en el tema hídrico el papel de las universidades es fundamental, sobre todo en la formación de los profesionistas de Arquitectura, lo que implica hacer cambios de escala y superar problemas complejos, como el abandono conceptual de la arquitectura como objeto. Otra consideración requiere de traspasar los espacios universitarios y fomentar la inter y transdisciplinariedad, con el fin de impulsar la intervención del sistema desde las aproximaciones multidisciplinarias.