Reportera: Guadalupe Ochoa Aranda

Cicatrices Luz y sombra es el ensayo fotográfico que expone la alumna Maricruz Lizette Sánchez Ordoñez, adscrita a la licenciatura de Comunicación Social de la uam Xochimilco, quien, desde una mirada íntima, captura con su cámara las formas caprichosas que adquiren las cicatrices corporales propias y de su familia. En su paso por el espacio urbano de Texcoco, la autora encontró analogías de esas cicatrices en paredes, asfaltos, troncos y rocas agrietadas, las cuales recupera de forma estética para completar la memoria familiar.

La obra, expuesta en la Plaza Roja de la uam Xochimilco, se enmarca dentro del espacio “Vocación por el Arte” que pro- mueve la Sección de Comunicación y Difusión de la Coordinación de Extensión Universitaria. Reúne diez fotografías blanco y negro de gran formato que narran historias familiares contadas desde una piel que alguna vez sangró por las heridas. En esas imágenes están las fisuras que deja la vida misma, y la cicatriz es la nueva piel que sutura el dolor a la que fue sometida.

En el acto inaugural, Lizette Sánchez expresó que motivada por su padre, desde pequeña mostró interés por el arte. Contó que a sus seis años se sometió a una operación para ayudar a su hermano a superar la leucemia y fue a partir de este evento que encontró fascinación por sus propias heridas y de su sanación.

La muestra también surge de la exploración del cuerpo, de un territorio donde las marcas del tiempo podrían pasar inadvertidas para otras personas, pero ante mis ojos las cicatrices son hermosas. No hay nada más bello que ver al cuerpo sanar, pero está sanación no sólo es propia del ser humano, todo a nuestro alrededor tiene heridas, algunas ya cicatrizaron y otras continúan sanando, apuntó.

Cautivada por las cicatrices, descubrió que son más que heridas, también son historias que la piel cuenta, como lo es “Pisa y corre”, resultado de una operación por “el rompimiento del talón de Aquiles de mi madre, quien irremediablemente cayó durante un partido de béisbol sin poder llegar a la primera base”, acotó.

Otra cicatriz que exhibe es la de su hermana, producto de una apendicitis que tomó la forma de una cremallera: “lo comparé con un tronco fisurado con la misma formación. La siguiente fue el hombro izquierdo de mi tío que, a causa de la vacuna de tuberculosis, su cuerpo hizo una reacción que dejó una marca en todo su hombro”.

Lizette Sánchez invita a la comunidad universitaria a re- flexionar sobre las corporalidades que cada individuo porta y cómo se desbordan emociones que van desde un simple álbum familiar hasta un atlas íntimo del recuerdo donde las ausencias se hacen presentes y la estética del suceso producen sensaciones placenteras.