Universitarios celebran “La cosecha: libros y violetas”, de la División de Ciencias Biológicas y de la Salud
Reportera: Guadalupe Ochoa Aranda
Hablemos de arte
La primera feria “La cosecha: libros y violetas” mostró la vasta producción editorial de la División de Ciencias Biológicas y de la Salud (DCBS) de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, en un evento festivo donde se donaron 4 500 libros, se dictaron conferencias y se compartió la cosecha de violetas, petunias y otros productos agrícolas procedentes del predio Las Ánimas Tulyehualco, un proyecto académico interdisciplinario de la DCBS, ubicado en la delegación Xochimilco. En el acto inaugural, la maestra María Elena Contreras Garfias, directora de la DCBS, señaló que esta feria “permite que la misión de la universidad se cumpla a través de la difusión del conocimiento generado desde la investigación, la docencia y la vinculación con las comunidades”.
La directora destacó que esta feria no se enfocó solamente en temas de la comunidad de ciencias biológicas (epidemiología animal, producción agrícola, calidad alimenticia); también abordó temáticas de interés general, como derechos de autor, patentes, biodiversidad, turismo, bioética y manejo de emociones, así como las herramientas digitales que ofrece la biblioteca, entre otros temas.
La maestra Contreras expresó que los libros, manuales, cuadernos y colecciones de la DCBS que se expusieron en el Centro Cultural UAM Xochimilco son parte de “una gran cosecha que le antecedió tiempo de abono, riego, poda y todo un proceso de crecimiento en el cual los y las investigadoras cuidan con dedicación hasta llegar al momento de compartir el producto de su trabajo e integrarlo a las comunidades en un intercambio de conocimientos y saberes”.
Agregó que las conferencias completaron la experiencia de llevar un libro a casa, ya que “el acto de cosechar da lugar a la convivencia, el aprendizaje y a las conexiones interpersonales en un ambiente de festividad y algarabía como sucede al final de la temporada agrícola”. La académica reconoció que este ejercicio sólo se puede lograr en colectivo, lo cual abre paso a la reflexión, al diálogo y a la imaginación para construir futuros posibles. “Así como aprendemos a cuidar la tierra, se aprende a cui- dar nuestros entornos sociales, pues ahí donde se cultiva la se- milla del conocimiento irradia un ser de luz”, apuntó Garfias.
En su oportunidad, el doctor Francisco Javier Soria, rector de la Unidad Xochimilco, prosiguió con la metáfora de la cosecha y señaló que “el trabajo de investigación es un proceso de preparación que, al igual que la siembra, requiere de conocimiento, metodología, cuidado y de un tiempo que a veces se extiende para obtener los frutos deseados”.
“Lo importante de la cosecha —dijo— es el trabajo colectivo con el cual se forman profesionistas críticos comprometidos con su comunidad, y es a partir de estos productos editoriales donde se refleja el trabajo de docencia, investigación y vinculación con el entorno”. Hizo hincapié asimismo sobre las publicaciones híbridas y electrónicas que cada vez son más difundidas y tienen más aceptación entre los universitarios.
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