“La violencia de género es considerada un problema complejo que afecta a distintas corporalidades, principalmente a mujeres, pero también a hombres y a personas cuyas identidades sexo-genéricas se apartan de la normatividad heterosexual”, sostuvo la doctora Jéssica Gutiérrez Gómez, titular de la Unidad de Prevención y Atención a la Violencia de Género (UPAVIG), de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Unidad Xochimilco.

En el marco de la Semana de Sana Convivencia, organizada por la Sección de Educación Continua de la División de Ciencias Biológicas y de la Salud (DCBS), la feminista y psicóloga explicó en su charla que este tipo de violencia se deriva de las relaciones de poder que se apegan a las pautas sociales de comportamientos, roles y deberes diferenciados para hombres y mujeres, basados en prejuicios de desigualdad sexo-genéricas.

Señaló que el 12 de marzo de 2021, el Consejo Académico aprobó el protocolo de atención de la violencia de género en la UAM Xochimilco, cuyo antecedente fue la creación de Cuerpos que Importan (2011) conformado por un grupo de psicólogas (os) de la Sección de Orientación Educativa, personal académico y alumnas (os), que logró posicionar en la agenda de la UAM el tema del acoso, hostigamiento y abuso sexual.

Aclaró que la diferencia entre acoso y hostigamiento sexual es que el primero es un ejercicio abusivo de poder dado entre pares; y el segundo es un ejercicio de poder de una persona frente a otra en una relación jerárquica en desventaja tanto en el ámbito laboral como en el escolar. Agregó que en el abuso sexual hay una invasión al cuerpo con tocamientos, y la violación implica una penetración de cualquier tipo.

La doctora Jéssica Gutiérrez observó que día con día asiste a la universidad más alumnado con identidades sexuales diversas; por ello, es necesario nombrarles de manera respetuosa y como lo soliciten. Otra forma de colaborar es “no siendo cómplice de burlas por su identidad sexual. Asimismo, cuando seamos testigos de algún tipo de agresión en una relación de pareja podemos, al menos, acercarnos y decir “¿estas bien?”, “¿necesitas ayuda?”, pues es como decirle al (a) agresor (a) que hay ojos que reprueban su conducta”.

La mayoría de estos actos ocurren de manera oculta, por eso son tan difíciles de probar; sin embargo, la universidad no opera como una instancia legal y no necesita solicitar pruebas como requisito: no juzga, y para ello opera con una normativa universitaria. Así, es necesario revisar las modificaciones al reglamento del alumnado, dado que ahora todas las conductas de violencia de género son consideradas faltas graves.

En la primera jornada de esta convivencia que culmina hoy 14 de septiembre, también participó la Red de Apoyo Psicológico de la UAM Xochimilco, la Defensoría de los Derechos Universitarios y la doctora Esmeralda Covarrubias, del Departamento de Atención a la Salud, con la conferencia Construyendo

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