Letras en línea
Fátima Dávalos Reséndiz
Licenciatura en Comunicación Social
División de Ciencias Sociales y Humanidades
La velada estaba por terminar. Todos nos sentíamos satisfechos con el buen momento que pasamos. En fila cada uno iba a su ritmo para retirarse. El foro quedaría vacío después de salir por la última puerta, la realidad se haría presente: la vida cotidiana.
Al salir de aquel lugar caluroso pude sentir una mirada lejana sobre mis lentos movimientos, los cuales tomaban recuerdos de la música, playeras, discos y estampas. Súbitamente, una conexión se percibía a pesar de la distancia que nos separaba.
Mis ojos alcanzaron a ver una silueta llamativa, el deseo de acercarme inundó mi ser cuando observé a ese hombre alto, de una belleza particular, cuerpo moldeado, cabello brillante y una camisa color vino que sobresalía con aquellos ojos marrones que no dejaban de seguir mis movimientos.
Mis pies empezaron a caminar de forma inconsciente, como si quisieran huir de la situación. El aire emergió bruscamente de la única salida, mis manos se enfriaron y mis ojos se fijaron en su mirada. Poco a poco, caminando, nos distanciamos; nunca nos conoceríamos.
La realidad nunca llegaría… las miradas se volvieron palabras.
Él corrió hacia mí, me ofreció un trato, y yo… me quedé para comprobar que no estaba soñando.
Su voz afable resonó en mis oídos, noté el aroma que emanaba de su piel. Sus labios rosáceos me acecharon y, al final, se presentó la colisión.