Comentan el filme La sustancia en el programa Voces que se sienten
Reportera: Guadalupe Ochoa Aranda
Dentro de las actividades del programa Voces que se sienten, se proyectó el filme La sustancia, de la directora Coralie Fargeat, proyección organizada por la sección de Orientación Educativa que, en esta ocasión, invitó al maestro Alejandro Medina Jiménez, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco (UAM-X) y especialista en temáticas del cuerpo, cuyos comentarios tenían como fin activar la participación del sector estudiantil.

En el auditorio Jaime Kravsov, el psicólogo subrayó que el género body horror, del que se vale la directora, permite describir la decadencia de una celebridad, quien, tras su despido, accede a una sustancia obtenida en el mercado negro que promete transformarla en una versión joven de sí misma.
El maestro Medina Jiménez señaló que se trata de una película plagada de simbolismos en torno al horror corporal, la cual remueve las profundidades del inconsciente colectivo sobre los estereotipos de la belleza, así como las significaciones imaginarias en torno a la juventud, el deseo y el derrumbe del cuerpo.

A lo largo de la película, dijo, se expone una estética pop basada en colores pastel que intencionalmente acentúan y producen cierta atmósfera grotesca, donde la mirada del espectador responde de manera distinta de acuerdo a su cultura.
“El cuerpo monstruoso de Elizabeth irrumpe en la escena como algo que se tiene que ocultar y no puede ser visible. El cuerpo femenino deseado, bello y juvenil que propone el mundo del espectáculo es irreal porque el cuerpo real envejece, enferma, tiene defectos y no es perfecto”, agregó.

El académico enfocó su análisis del filme con referentes teóricos como el filósofo español Paul Sobrado, cuya obra discurre en temas queer, estudios de género y trans. Este autor, apuntó, se ha inspirado en las tesis de Judith Butler, Donna Haraway, Teresa de Lauretis y Michel Foucault, autores que acercan al estudiantado a los modos de subjetivación e identidad, la construcción social y política del sexo.
El conferencista opinó que la película muestra cómo el cine se realiza desde la mirada masculina que cosifica a la mujer como un objeto de consumo. Las autoras citadas, agregó, hablan sobre la manera en que la concepción del cuerpo de la mujer, atravesada por la mirada del hombre, toma a éste como consumo y desecho, un referente que aparece todo el tiempo en La sustancia.

Ante la insistencia de algunos por afirmar que el final estaba “sobrado”, Medina Jiménez opinó que la película estaba pensada de principio a fin de forma meticulosa, de acuerdo al género body horror y centrada en hacer una crítica a la mirada masculina.
“El cine, como parte de la industria del espectáculo, tiene una disposición de los estereotipos. Nada está sobrado en la película ni existe una interpretación única, pues es un dispositivo que, más que encasillar una reflexión contundente, permite desplegar muchas visiones sobre el tema”, anotó.

Insistió en que “si muchos ven absurdo este final monstruoso, deben saber que durante el filme se hacen referencias en torno a las raíces del body horror de otras películas, cuyo género no se centra en la idea de asustar o amenazar de muerte, sino en la imagen del horror a través de la descomposición del cuerpo”.
Esta actividad, denominada Cine Dialogando, tiene como finalidad introducir al alumnado de todas las licenciaturas a nociones que expliquen el comportamiento humano a través de tramas psicológicos presentes en los filmes.




