Publicación bimestral de la Coordinación de Extensión Universitaria

Cauce en línea

Conservación de recursos genéticos, un área de oportunidad para los biólogos

La conservación y el aprovechamiento de recursos genéticos acuáticos (RGA) implican proteger la genética de la diversidad de especies, asegurando su preservación para el futuro a través de métodos in situ (en su hábitat) y ex situ (bancos de germoplasma). Su aprovechamiento sostenible se enfoca en la acuicultura, la pesca y la seguridad alimentaria, sostuvo el doctor José Alberto Ramírez Torres, egresado del doctorado en Ciencias Biológicas de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, quien dictó la conferencia “Conservación y Aprovechamiento de Recursos Genéticos Acuáticos” en el IV Congreso de Ecología Aplicada.

En el auditorio Francisco Javier Mina, el biólogo explicó que la acuicultura de conservación implica la gestión de las especies cultivadas para aliviar la presión de extracción sobre las poblaciones silvestres, mejorar la biodiversidad y proteger los hábitats vulnerables, al tiempo que se gestionan los riesgos inherentes a la transmisión de enfermedades y la introducción de especies invasoras.

Indicó que la conservación in situ de la biodiversidad incluye principalmente reservas de la biosfera (marinos y terrestres), parques nacionales, santuarios de vida silvestre, mediante métodos de control más sostenible que protejan tanto a las especies hospedadoras como a los propios parásitos y comensales, reconociendo su rol ecológico.

Mientras que la conservación ex situ es la protección de especies fuera de su hábitat natural (zoológicos, jardines botánicos y acuarios) para preservar su diversidad genética, facilitar su estudio y, en algunos casos, reintroducirlas a su entorno natural. En esos lugares, los biólogos trabajan en equipo con personas de otras disciplinas; cultivan especies en peligro de extinción y, por otro lado, cultivan camarones, peces o moluscos en ambientes controlados para satisfacer necesidades alimentarias.

El doctor Ramírez Torres, al referirse al método in vitro, señaló que éste es un enfoque que incluye la propagación masiva de material libre de patógenos para su uso, así como técnicas de almacenamiento a corto o largo plazos (criopreservación) en beneficio de la biodiversidad.

Dijo que la criopreservación tiene una larga data. Empezó con el término criogenia acuñado en 1899, definido como el estudio de los materiales y su comportamiento a temperaturas extremadamente bajas. Otro término es la criobiología, una rama de la biología concebida 1921, la cual estudia los efectos de las bajas temperaturas en los organismos.

Así, la criopreservación es el proceso de preservar células, tejidos, órganos o cualquier material biológico a –196 °C en nitrógeno líquido (LN2), para mantener su conservación metabólicamente inerte y genéticamente estable, dicho término se popularizó en la década de 1980 y ha sido adoptado más recientemente para la preservación de ovocitos. 

Derivado de la criopreservación está la técnica de vitrificación moderna en biomedicina, que se introdujo en el año 2000, un proceso de criopreservación que implica la exposición del ovocito a una alta concentración de crioprotectores y un enfriamiento ultrarrápido para solidificar la célula en un estado similar al vidrio sin la formación de cristales de hielo.

Al referirse a la conservación de germoplasma, explicó que éste es un material biológico que puede dar origen a un organismo nuevo, un campo de la biología que representa una oportunidad ante la creciente necesidad de conservar la diversidad genética y el desarrollo de prácticas sostenibles en la acuicultura, tales como la restauración de especies, el estudio de la resistencia a enfermedades y al cambio climático.

El doctor Ramírez centró su intervención en los sistemas acuáticos desde el punto de vista de la ecología y el uso racional para la producción a partir de una postura integradora que abarca la biología celular, molecular, fisiológica, reproducción y patología.

El especialista enfatizó que la acuicultura de conservación es un reservorio con una importante información genética, la cual se va utilizar en el futuro como en el cautiverio del ajolote para repoblar y preservar la especie.

Concluyó diciendo que el avance tecnológico es crucial para los recursos genéticos acuáticos en la medida que permite explotar de manera sostenible la biodiversidad marina y dulceacuícola para fines científicos, económicos y de seguridad alimentaria.