Reportera: Guadalupe Ochoa Aranda
Con un emotivo homenaje, directivos, colegas y exalumnos se despidieron del doctor Amir Gómez León, profesor fundador de la licenciatura en Estomatología de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco (UAM-X), quien dedicó 50 años a la actividad docente con entrega y pasión. Formó a más de tres mil alumnos y colaboró en el diseño curricular de los primeros módulos de la licenciatura.

La ceremonia fue encabezada por el doctor Adalberto Mosqueda Taylor, Profesor Distinguido de la UAM y exalumno del doctor Amir Gómez, de la primera generación, quien a nombre de varias generaciones hizo una bella semblanza sobre su trayectoria académica y habló sobre sus escritos literarios: cuentos, ensayos, novela y poemas sobre Chiapas.
Describió cómo su profesor salió de su ciudad natal, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, para realizar estudios de primaria hasta la preparatoria en San Cristóbal de las Casas y “gracias a que recibió una beca para vivir en la Casa del Estudiante Chiapaneco, llegó a la Ciudad de México en 1963”; concluyó la carrera de odontología en la UNAM e ingresó en 1975 a la UAM-Xochimilco.

Mosqueda Taylor conoció al doctor Amir en un momento que describe como “mágico”, después de haber sobrevivido a los módulos Ciencia y Sentido Común y fue, en el segundo trimestre, cuando el destino quiso que su grupo coincidiera con Amir como profesor responsable. También recordó a su equipo, conformado por Tere Álvarez, Edgar Jarillo, Fernando Serrano y Salvador Tovar, un grupo bautizado por Amir como “TEFAS” (acrónimo de sus nombres), así se refería a este “equipo particular de buenos amigos y creo de buenos estudiantes”, y fue él quien con “paciencia y claridad nos reveló las bondades de formarnos en el sistema modular como profesionales de la salud”.

Nombró a los profesores de aquellos primeros años: Víctor López Cámara, Velia Ramírez Amador, Manuel Farill Guzmán, Aarón Yaschine Caplan, Mario Trejo Cancino y Amir Gómez León, quienes, además de dedicarse al diseño curricular de la licenciatura, “de forma simultánea desarrollaban actividades docentes, prácticas de campo y laboratorio”, apuntó.
“En 1976 fue designado el primer responsable de la clínica Nezahualcóyotl, ahí nos orientó, formó y convivió de manera cercana con las primeras generaciones a través de enseñanzas sobre una atención integral y resolución de problemas de salud bucodental de ese entorno social”, apuntó.

Cursó la especialización en Ortodoncia, en la Escuela de Estomatología, de la Universidad Complutense de Madrid. Publicó artículos en la revista Odontodosmil sobre odontología actual, odontopediatría y ortodoncia, y elaboró manuales sobre cefalometría, prostodoncia y ergonomía. Participó en la elaboración del perfil referencial de validez del Examen General de Calidad Profesional para Odontología del Ceneval.

En su oportunidad, el maestro Marco Antonio Orozco Suarez, en representación de la comunidad chiapaneca que radica en la Ciudad de México, leyó lo siguiente:
“Amir es semilla del esfuerzo, de esa casta de hombre que labra su destino con las manos limpias y corazón ardiente. Es reflejo de miles de mexicanos que, de manera entrañable, especialmente chiapanecos, un día dejaron su tierra natal con la esperanza al hombro y caminaron hacia la capital del país buscando un mejor mañana.

Sin becas, sin trabajo, sin más armas que su valor sobrevivieron, y más aún, triunfaron. Amir nació del ejido, de la tierra fecunda donde el maíz enverdece los días, el café perfuma los amaneceres y los ríos murmuran leyendas. San Cristóbal de las Casas lo acogió en su niebla activa; Tuxtla Gutiérrez de Villa Flores le dio abrigo.
De forma inquieta no se detuvo, un taxi un día lo dejo en la calle de Tacubaya y ahí comenzó su otro viaje; un joven con una maleta con pocas pertenencias, pero una carga inmensa de sueños. Fue entonces que halló su casa, en una utopía naciente, la UAM, una institución joven, abierta y, en ella, Amir puso su alma.

Más de 50 años de servicio, sus palabras tejieron ideas, sus manos forjaron caminos, su vida tocó la de miles de estudiantes que ahora son su legado vivo. Amir, hoy no se cierra un ciclo, se abre una nueva página donde el tiempo será aliado, no enemigo, donde podrás escribir libros, hablarle al silencio y al viento”.
Amir Gómez León cerró un capítulo de su vida con un video realizado por su hija, en el cual hizo una reflexión académica y poética de lo que fue su paso por su querida Casa Abierta al Tiempo. Reconoció los aprendizajes obtenidos de sus colegas y de los estudiantes inquietos, cuyas preguntas siempre lo inspiraron a buscar respuestas y, con ello, reafirmar la maravillosa vocación de enseñar.


