Reportera: Verónica Ordóñez Hernández
La maestría en Ciencias Farmacéuticas celebró su vigésimo quinto aniversario con un foro en el que coordinadores, tutores, alumnado y egresados reflexionaron en torno al futuro de las ciencias farmacéuticas en la industria, la docencia y el ámbito hospitalario.

Al inaugurar el foro, el doctor Francisco Javier Soria López, rector de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco (UAM-X), reconoció el trabajo constante de quienes impulsaron el programa de estudios, con las complejidades de un contexto geoeconómico y político de la denominada “era del conocimiento”, considerada el motor de los procesos de globalización y regionalización de las sociedades y transformadora de las formas de convivencia de la humanidad; el mismo contexto, dijo, que impulsó a la UAM a redimensionar y diversificar sus funciones con base en las necesidades de formación de recursos humanos con estándares internacionales, en un marco de tratados y convenios interinstitucionales.
En este sentido, agregó el doctor Soria López, la maestría es actualmente un referente nacional e internacional en el desarrollo de proyectos científicos y tecnológicos para el diseño de producción de distintos insumos para la salud, así como en el diseño e implementación de políticas y servicios para la preservación de la salud y la calidad de vida de los mexicanos.

En ello coincidieron los doctores Luis Amado Ayala Pérez, director de la División de Ciencias Básicas y de la Salud (CBS); Jorge Ismael Castañeda Sánchez, secretario Académico de CBS, y Francisco López Naranjo, primer coordinador de la maestría, así como la doctora Liliana Schifter Aceves, jefa del departamento de Sistemas Biológicos. Coincidieron en que el posgrado, desde su creación en enero de 1999, ha destacado por su innovación en el ámbito de la investigación farmacéutica en México, impulsando proyectos sociales vinculados a la teoría que se ha adecuado a las necesidades del mundo globalizado.
En este sentido, los funcionarios destacaron el programa de estudios vigente aprobado en 2020, con las líneas de investigación en el Diseño, Obtención y evaluación de Fármacos y Biomoléculas con Actividad Terapéutica; el Diseño y evaluación de Formas Farmacéuticas, y la Farmacia Clínica y Servicios Farmacéuticos, ámbitos que posibilitan una amplia gama de opciones para el desarrollo de las y los químico fármaco biólogos.

El doctor Juan Manuel Martínez Núñez, coordinador de la maestría y el doctorado en Ciencias Farmacéuticas, ofreció algunas cifras que destacan de la maestría desde que recibió a la primera generación de estudiantes en el trimestre 99-Invierno, integrada por 11 estudiantes y 14 profesores. Refirió que hasta 2003, el posgrado tuvo una convocatoria, de 2003 a 2020, de tres ingresos anuales. Desde entonces, cuenta con dos ingresos por año, con una demanda anual de 60 aspirantes y un ingreso promedio de 25%, del que 55.2% han sido mujeres. El total de graduados ha sido de 231 con la paridad de género.
Martínez Núñez precisó que uno de los retos consiste en acortar la eficiencia terminal que oscila en 70%, lo que permitirá garantizar las becas y apoyos que otorgan las instituciones gubernamentales, así como mejorar el posicionamiento de los egresados en el ámbito laboral que se mantiene en un promedio de seis meses, principalmente en los sectores educativo y de salud.

En conferencia, el doctor Carlos Tomás Quirino Barreda, profesor investigador del departamento de Sistemas Biológicos, avalado por su trayectoria de más de 40 años en el intercambio de experiencias con profesionales a nivel nacional e internacional, principalmente de Iberoamérica, señaló algunos retos para la maestría en los sectores industrial, hospitalario y de la sociedad.
El académico refirió que la innovación sigue siendo la clave para que México deje de ser una economía emergente y, en el ámbito de la química fármaco biología, debe abarcar insumos, capital y servicios en los ámbitos educativo, económico, social informativo, político y ambiental.

Instó a incentivar las redes de conocimiento y plataformas tecnológicas, a compatibilizar los proyectos académicos científicos con los requerimientos del país, salvaguardando el ambiente; valorar los saberes tradicionales, promover la integración activa del componente humano y a alentar las iniciativas políticas del Estado en pro del desarrollo social. Lograr todo lo anterior requiere de la constitución de redes académicas, convenios y licenciamientos que permitan el trabajo multi e interdisciplinario y la creación de empresas.
De acuerdo con el investigador, otros retos a considerar serán los que demanda la biomedicina, la medicina integrativa y la teranóstica; el diseño, producción, control y monitoreo de la industria fármaco química, la normatividad y la inteligencia artificial que debe considerarse como una competencia, pero también como un aliado.





