Reportera: Verónica Ordóñez Hernández
Fotografías: José Ventura Flores Velasco
Las y los egresados de la maestría en Sociedades Sustentables, el alumnado del posgrado en Desarrollo Rural, e integrantes del área académica de Economía Agraria, Desarrollo Rural y Campesinado, del Departamento de Producción Económica de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco (UAM-X), convocaron a organizaciones académicas, civiles y universitarias nacionales e internacionales que comparten la preocupación por la crisis ambiental planetaria, a intercambiar posturas que contribuyan a mitigar la problemática.
El “Primer congreso internacional sobre sustentabilidad y socioecosistemas 2024”, realizado en modalidad mixta, contó con la presencia de investigadores de la Universidad Autónoma de Chapingo, la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca y la Universidad Intercultural del Estado de México, así como de universidades de Brasil y Chile. En la inauguración, la doctora María Angélica Buendía Espinosa, secretaria de la Unidad Xochimilco, destacó la relevancia del análisis transversal e interinstitucional que contribuye a abordar la problemática desde diferentes líneas de estudio, ello “fortalece las propuestas para mitigar la crisis ambiental”, aseguró.
La doctora precisó que los científicos hacen investigación con la intensión de resolver problemas, de ahí se derivan los resultados que tienen que ver con el impacto, con la incidencia social y con los resultados en términos de conocimiento científico, que ponen a disposición y da cuenta de los aportes de la universidad y de la contribución interinstitucional en temas que deben ser pensados desde lo colectivo y por encima de los intereses individuales.
Dentro del congreso se impartió la conferencia magistral Ecofeminismo: lucha alternativa contra la injusticia ecológica, dictada por la doctora Aleida Azamar Alonso, profesora investigadora del Departamento de Producción Económica, quien estableció que la sustentabilidad es transversal a múltiples ámbitos como la ecología, la económica, lo social, lo político y la salud. “Esta transversalidad implica pensar estrategias distintas para el desarrollo económico y social, y la preservación de los valores culturales, étnicos y gastronómicos”, explicó.
El ecofeminismo es uno de esos ámbitos transversales; el término, de acuerdo con la doctora en Economía Internacional y Desarrollo, se le atribuye a la escritora feminista Françoise d’Eaubonne (1920–2005) y surge de la acción de igualar la explotación de la mujer con la explotación de la naturaleza.
La doctora Azamar explicó que el ecofeminismo plantea que no puede existir un mundo verdaderamente sustentable y equitativo si no se confrontan o eliminan las dinámicas de opresión y de violencia hacia la naturaleza y, por ende, hacia la mujer, generadas por la economía capitalista; es decir, por los organismos internacionales dirigidos principalmente por hombres cuyos intereses están por encima de la naturaleza y de las mujeres.
En este sentido, la divulgadora científica refirió que el ecofeminismo establece una interdependencia entre personas, especies animales y especies vegetales. De este planteamiento surgen en América Latina las corrientes “mujeres en el desarrollo” y “género en el desarrollo”, cuyos objetivos son la inclusión de las mujeres en los diversos ámbitos y la paridad de género; sin embargo, no se ha alcanzado a plenitud, tal es el caso de la industria minera en México, en el que apenas 17% de la plantilla laboral son mujeres, principalmente en puestos de cocina o limpieza sin que logren obtener rangos más altos.
En esta industria las mujeres sufren prostitución, han denunciado acoso laboral y viven aisladas de sus familias debido a que los proyectos mineros están alejados de las ciudades y de las zonas urbanas. Estas circunstancias contribuyen a que las mujeres pongan en duda su incursión en este sector laboral.
La investigadora destacó que en las últimas dos décadas antes del 2019, fueron asesinados alrededor de 1,300 activistas ambientales; de esta cifra 66% son de América Latina, principalmente de Colombia, Brasil, Perú y México, debido a que las empresas están avaladas por el Estado a través de ciertas leyes.
Aunque esta cifra no supera los asesinatos de mujeres, sí se enfrentan a diversas situaciones por ser cuidadoras de las tierras, de las que generalmente no son dueñas, porque son los hombres quienes heredan. Las mujeres, sobre todo las indígenas, son estigmatizadas, violentadas, violadas y asesinadas, dado que además de cuidar las tierras deben cumplir con las actividades del hogar.
Finalmente, la doctora Azamar puntualizó que este conjunto de condiciones se ha convertido en un aspecto clave para el extractivismo, lo que provoca más riqueza económica para los gobiernos y empresas, pero un desplazamiento forzado de comunidades, migración, pérdida cultural y valores comunitarios, así como contaminación por sustancias tóxicas que inciden en problemas de fertilidad, abortos y malformaciones en los bebés.