Letras en línea
Alejandra Lisset García Toribio
Diseño Industrial
División de Ciencias y Artes para el Diseño
La taza de agua de jazmín de la tarde se enfría en las manos. La charla comienza, se desprende engañosa, ligera, y el último vapor de agua hervida sofoca la pequeña cocina de muros pálidos.
La hoja verde de lugar oculto y apacible flota en el pocillo azul turquesa y de sonidos huecos. Después, hecha curva en el agua, con su levemente hundirse, dobla con suavidad sus bordes, se desvanece.
Un verde en agonía finalmente toca el fondo. El agua reposa en el cuenco corporal, cuenco de barro.
En medio de estas palabras yo me siento demasiado vulnerable. Pareciera que ellas escarban un hueco para terminar tirándose en él. Mis macilentos dedos apenas pueden con el compacto peso. Por el dolor, un sonido prudente se asoma a mis labios.
Se arrulla la hoja en meneos constantes. Viene y va, grande, magnífico, el lago. La tierra se levanta con tranquilidad entre esa transparencia anaranjada.
Minúsculas partículas anuncian movimiento. Miro la taza, miro mis manos. Se clava la luz en forma de rayo, desciende, abre sus pasos y separa con sumo cuidado una a una las gotas que toca, las cuales corren, se deslizan, se deshacen cuesta abajo.