La EPA orientada a mejorar la calidad y eficacia de los servicios de salud y las poblaciones
Reportera: Verónica Ordóñez Hernández
Las doctoras Eliane Lima y Cándida Primo, profesoras de la Universidad Federal de Espíritu Santo, Brasil, llegaron a la Unidad Xochimilco, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM-X), invitadas por la maestría en Enfermería de Práctica Avanzada a compartir sus conocimientos en la formación profesional de enfermeros y enfermeras de licenciatura y posgrado.
En este contexto, la doctora Eliane Lima impartió la conferencia magistral “Tecnologías para la gestión en salud: Enfoques participativos y perspectivas de la ciencia de la implementación”, un tema innovador en el ámbito de la enfermería que se refiere al estudio científico de los métodos para promover la incorporación sistémica de los resultados de las investigaciones y las prácticas basadas en la evidencia en la atención clínica, enfocado en mejorar la calidad y la eficacia de los servicios de salud y de las poblaciones.

Esta orientación apunta a la profesionalización del enfermero desde la concepción del gestor contemporáneo que traduce la evidencia en acción, facilita procesos de cambio y lidera con empatía, combinando herramientas tecnológicas, ciencia y sensibilidad en el cuidado. Esta perspectiva se traduce en la implementación de protocolos clínicos, la gestión del cambio en salud pública y la formación de líderes gestores.
En este sentido, hablar de tecnologías en la gestión de la salud implica hacerlo desde la clasificación del profesor Emerson Elias Merhy, quien apunta tres tipos de tecnologías: Leves, referidas a las comunicaciones humanas que se establecen con el paciente, los vínculos y el trabajo en equipo. Leves duras, que, en atención primaria, determina el saber técnico, los protocolos clínicos y los procesos de trabajo, y duras, que alude a los dispositivos y equipamientos como son los sistemas, el equipo y el software.
Por lo que se precisa comprender que las tecnologías involucran metodologías participativas de los actores en el proceso de investigación-acción, de diseño participativo y de comunidades de práctica que ayudan a fortalecer la asistencia.

Respecto de la ciencia de la implementación, Elias Merhy explicó que se refiere a la identificación de estrategias efectivas o acciones para mejorar la implementación y sostenibilidad de Intervenciones Basadas en la Evidencia (IBE) que pueden ser programas, productos, prácticas y medicamentos. Consiste en adaptar, involucrar y evaluar la gestión; es decir, examinar cómo integrar evidencias en la práctica, ofrecer un enfoque en estrategias, contextos y resultados, reducir la brecha entre saber y hacer e integrar evidencias para transformar servicios.
La académica precisó que hay cuatro principios fundamentales de la investigación: 1) Intervención o evidencias que la respaldan. 2) Definición del sistema de implementación, es decir, el método, el modelo. 3) El público o partes interesadas. 4) El contexto interno y general o los perfiles de enfermedades, las desigualdades, países o regiones.

Es así que la gestión brinda recursos y entorno; la ciencia ofrece métodos e indicadores y sustentan políticas basadas en evidencias, todo ello de manera articulada con el equipo de salud.
La doctora Cândida Caniçali Primo impartió la conferencia “Innovar para cuidar: Experiencias transformadoras en la salud de la mujer y de las infancias”, un tema que considera central del desarrollo social e investiga en el laboratorio CuidarTech, junto con otros temas, como la seguridad del paciente, la gestión de enfermería y la atención primaria y hospitalaria.

La investigadora señaló que la innovación tecnológica, organizacional y educativa es una estrategia esencial para ampliar la cobertura y fortalecer la autonomía de las mujeres y de las familias; en este sentido, el desarrollo de bienes o servicios mejorados, los procesos y métodos de marketing, o métodos organizativos sanitarios enfocados hacia los pacientes tienen que ver con la optimización de los procesos de trabajo de los profesionales de la salud y la mejora de la comunicación con el paciente, con el objetivo que hacer comprensibles las acciones que ayuden a mejorar sus hábitos de vida.
La innovación, dijo, debe estar acompañada de evidencia científica, de participación comunitaria que ayude a desarrollar lenguajes claros adaptados al contexto que exprese las necesidades de la comunidad y contar con el apoyo institucional.

Cândida Caniçali precisó que los proyectos exitosos combinan tecnología, humanización y formación profesional. En este proceso es necesario la colaboración de las universidades, de los servicios de salud y de las comunidades a fin de generar soluciones más sostenibles y culturalmente pertinentes.

La investigadora instó al estudiantado y al personal docente a co-crear iniciativas que transformen la atención, reduzcan las desigualdades y promuevan el cuidado integral de mujeres, niños y niñas para avanzar en un camino en el que persisten los desafíos del desarrollo de productos innovadores, de la búsqueda de recursos financieros, de la organización de equipos multidisciplinarios y de la divulgación científica hacia la comunidad.








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