Reportera: Verónica Ordóñez Hernández
Este 2025 se cumplen 50 años de la maestría en Medicina Social y 20 del doctorado en Salud Colectiva, la maestría fue el primer programa de posgrado de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y, desde su puesta en marcha, ha incidido de forma determinante en el pensamiento latinoamericano de la medicina social. En este contexto, el profesorado fundador compartió un análisis retrospectivo y vislumbró algunos de los retos de la medicina social y de la salud colectiva que deberá atender el posgrado en el futuro.

El foro fue moderado por el doctor José Moya Medina, representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), de la Organización Mundial de la Salud en México y egresado de la primera generación del doctorado en Ciencias de la Salud Colectiva. El doctor Hugo Mercer, primer coordinador del programa de estudios, habló del proceso que atravesó el posgrado y cómo logró consolidarse con una perspectiva de las ciencias sociales, constituyendo pilares importantes en el pensamiento y la reflexión en el ámbito de la salud, en una época en la que la medicina social se concebía dentro del conocimiento científico. Este cambio, dijo el doctor en Sociología Médica, fue posible por figuras como Juan César García, María Isabel Rodríguez, José Roberto Ferreira y Ramón Villarreal, que desde la OPS impulsaron un pensamiento original y reflexivo, enriqueciendo el trabajo en salud pública, que hasta los años 70 reproducía el modelo estadounidense.
El investigador destacó la contribución que tuvo en la edificación de formas de trabajo colectivas institucionalizadas, en la formación de cuadros de académicos y de profesionistas de la salud, para la construcción de un pensamiento autónomo que permeó hacia América Latina, donde imperaba un escenario monopolizado de las formas de interpretar la realidad. Enfatizó que hoy la salud colectiva, la salud pública y la medicina social enfrentan desafíos diferentes a los de los años 70, “son otras las búsquedas conceptuales y metodológicas necesarias para enriquecer el entendimiento, por lo que es necesario reforzar el trabajo”.

En su intervención vía remota desde Ecuador, el maestro Jaime Breilh Paz Miño, primer egresado de la maestría en Medicina Social en 1977, reconoció la influencia que ésta tuvo en su trayectoria como médico e investigador social. “Llegué al posgrado con la idea de encontrar respuestas a una ciencia capaz de enfrentar la inequidad social y la injusticia que caracteriza a la salud latinoamericana. Hoy, en retrospectiva, comprendo con mayor nitidez el papel histórico que tuvo en la consolidación de la medicina social y la salud colectiva de América Latina, en la formación de cientos de profesionales comprometidos en los que sembró una ética de transformación estructural, una mirada integral del complejo proceso de la salud y una práctica académica y política al servicio del bien vivido”.
En mi caso, aseguró el investigador, “fue el impulso definitivo para construir una vida entera dedicada a la investigación crítica, a la formación de nuevas generaciones, a la lucha por sistemas de salud dignos, soberanos y humanistas.”

Aseguró que, hoy más que nunca, es necesario el posicionamiento universitario, lejos de cualquier funcionalismo frente a la era del hiper neoliberalismo y su malsana civilización. Alentó a enfrentar el desafío de una ciencia valiente que dispute para el bien común y la salud colectiva, la ciencia crítica, la bioética y los recursos cibernéticos.
Para la doctora Oliva López Arellano, profesora investigadora de esta Unidad y consultora en la OPS, es loable destacar la perspectiva ética-política, la comunidad de valores de la percepción de la sociedad y la postura frente a los derechos y la dignidad humana; aspectos que a la fecha son motivo de unión y convocatoria, que surgieron en un contexto de disputa por un terreno hegemonizado por una mirada que invisibiliza lo colectivo, la desigualdad y las raíces de estas injusticias.

La exsecretaria de Salud de la CDMX refirió que, sin perder la perspectiva, incidió en la ampliación del campo de estudio con una mirada múltiple Latinoamericana. De cara al futuro estableció la necesidad de extender la capacidad de respuesta y de incidencia, de fortalecer las alianzas institucionales en una lógica reflexiva del mundo complejo, que se gesta con un pensamiento global planetario en pro de un trabajo personal y de afinar los mecanismos para construir frentes amplios latinoamericanos en múltiples espacios.
Estuvieron presentes los doctores Francisco Javier Soria López, rector de la Unidad Xochimilco; José Antonio De los Reyes Heredia, rector general de la UAM; Luis Amado Ayala Pérez, director de la División de Ciencias Biológicas y de la Salud; José Moya Medina, representante de OPS y OMS en México; Eduardo César Lazcano Ponce, director del Instituto Nacional de Salud Pública; Hugo Mercer doctor en Sociología Medica y la doctora Nadine Gasman, secretaria de Salud de la Ciudad de México. Agradecieron el empeño y compromiso de quienes conformaron las primeras generaciones, tanto de académicos como del alumnado, destacando el trabajo con el que posicionaron a la medicina con un enfoque social y humanista.

El programa, dijo el doctor Soria López, “representa la historia de una comunidad que ha hecho de la salud colectiva una apuesta ética, política y pedagógica, por ello es un momento de celebración y de renovación del compromiso del legado colectivo desde el cual la universidad contribuye a la construcción de sociedades más justas, más solidarias y más saludables.
Para la doctora Nadine Gasman, la trayectoria del posgrado cambió la salud pública en México y América Latina, impactó en términos de docencia, de investigación, de gestión y de una práctica profesional transformadora que hoy es cotidiana y forma parte de las políticas públicas.

El doctor Lazcano Ponce externó la misión que mantiene el Instituto Nacional de Salud Pública en la búsqueda de la equidad social y la protección de la salud pública, centrada en el reconocimiento de la salud determinada social e históricamente. Armoniza con el posgrado en la necesidad de promover una transformación social que requiere ser abordada desde la perspectiva de las desigualdades y el reconocimiento de que cada eje de desigualdad estructural determina la salud o la enfermedad.
Para el doctor De los Reyes Heredia, el enfoque social en la medicina es un signo distintivo de la enseñanza en la UAM y en particular en los posgrados, espacios desde los que se genera la identidad de la universidad. Desde luego, dijo, no hay que perder de vista los enfoques pendientes para seguir formando recursos humanos de alto nivel en los temas de salud colectiva.

Por las contribuciones ya señaladas, dice el doctor Mercer, hay que celebrar 50 años con entera satisfacción de seguir juntos, de ser más y estar mejor preparados; es un mérito en especial de los docentes, graduados y estudiantes, quienes han sabido continuar y prestigiar el amplio campo de la medicina social y la salud colectiva.





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