Publicación bimestral de la Coordinación de Extensión Universitaria

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La naturalización tecnológica impide ver sus impactos sociales

Reportera: Verónica Ordóñez Hernández
Fotografías: José Ventura Flores Velasco

La Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco (UAM-X) mantiene una estrecha colaboración académica con 17 países de Europa, Asia, América del Norte y América Latina; de esta última, Brasil es una de las seis naciones estratégicas que mantiene estrecha cooperación con la UAM, lo que coadyuva a su reconocimiento internacional.

En este marco de colaboración, “en un futuro cercano se concretará la firma de un memorándum de entendimiento entre la UAM y la Universidad de Brasil”, indicó la maestra Zoila Sánchez Espinosa, subdirectora de Internacionalización de la rectoría general de la UAM al clausurar el “Encuentro Internacional de Arte e Innovación Tecnológica: El giro postdigital”, coordinado por el doctor Alejandro Casales Navarrete, profesor investigador del Departamento de Tecnología y Producción de la División de Ciencias y Artes para el Diseño y el Instituto de Artes de la Universidad de Brasilia, en el marco del Programa de Desarrollo Académico 2024 de la UAM Xochimilco. 

Sánchez Espinosa adelantó que la segunda etapa de esta cooperación será el encuentro Internacional de Arte y Tecnología número 23, a realizarse en el Museo Nacional de la República de Brasilia. Estas actividades marcarán la pauta para las futuras estrategias de cooperación entre las dos instituciones, con la intención de implementar foros de discusión transversales a los temas científicos y culturales sobre la transformación de la socialización, derivados de los avances disruptivos en las tecnologías y de las formas de vida que dependen de la interacción con la pantalla, así como la identificación de temáticas que motiven la movilidad académica y estudiantil de licenciatura y posgrado a través de las becas que ofrecen tanto el gobierno de Brasil como la UAM.

En los tres días de actividades, académicos e investigadores nacionales e internacionales presentaron un esbozo teórico-crítico y filosófico de la tecnología; los métodos y procesos en la creación computacional; el ecocentrismo, el bio-arte, los retos y limitaciones de la inteligencia artificial en la creación artística; el diseño-arte-moda como tramas lúdicas y estéticas, así como las tecnologías para la inclusión y la diversidad.

En la conferencia magistral “El giro post digital y sus impactos en el contexto artístico”, el doctor Antenor Ferreira Corrêa, profesor titular del programa de posgrado de artes visuales de la Universidad de Brasilia, señaló que la facilidad de adquirir computadoras para el uso personal afianzó la palabra digital convirtiéndola en el sinónimo de todo lo que se produce o ejecuta con la ayuda de la computadora o con el uso de algoritmos binarios.

El coordinador del laboratorio de Investigación en Arte Computacional MEDIALAB/UNB, explicó que la expresión post digital implica una nueva actitud o cambio de comportamiento físico e intelectual hacia las tecnologías digitales, la actitud post digital pretende realizar un examen crítico de la cultura digital, considerando sobre todo los efectos socioculturales provocados por la ubicuidad de las estructuras digitales.

En este contexto, lo post digital no se refiere a un momento posterior a lo digital, ni ponen en primer plano el carácter técnico de la digitalización, sino que resalta y analiza críticamente los procesos de transformación de la sociedad y de las nuevas formas de percepción y sensibilidad que han surgido en el ámbito de la cultura digital.

El investigador en las áreas del diseño de videojuegos, juegos educativos, arte sonoro, tecno-ciencia, realidad virtual y dispositivos portátiles, sugirió que la diacronía del llamado giro post digital puede entenderse esquemáticamente en tres momentos: El primero, es una actitud contraria a la supremacía tecnológica que genera un estilo adversario, a veces llamado retro o hípster, por tanto, va a significar desde finales del siglo XX la reacción contra la digitalización masiva y en consecuencia un rechazo del discurso de las narrativas positivistas asociadas a la alta tecnología.

El segundo momento fue la admisión de la irreversibilidad de la instalación de la cultura digital, expresando un desencanto y desconfianza en la alta calidad tecnológica. De ese desencanto destaca el papel del Internet, que permitió vislumbrar una perspectiva o, incluso, una esperanza de democratizar el acceso a la producción de la adquisición de información de forma gratuita o más económica. Pero a partir del 2010, de forma intensiva y coercitiva, Internet acabó siendo redirigida hacia un uso comercial masivo, además de ser monopolizado en su mayor parte por las grandes empresas con poder de gestionar el acceso a los repositores de contenidos en línea.

El tercer momento, que actualmente predomina, es la actitud crítica de la omnipresencia digital que no conduce a una confrontación tecnológica o un llamado a regresar al pasado, sino al uso de las propias tecnologías digitales como una forma de impulsar el pensamiento crítico. En este sentido, se admite que la perturbación provocada por la intervención de lo digital ya no se percibe como destructivo y está incorporado en la vida cotidiana.

La tecnología digital está interconectada con el contexto sociocultural. La llamada naturalización tecnológica se ha vuelto indispensable para realizar diversas tareas cotidianas hasta el punto en que ya no percibimos su uso a menos que notemos su ausencia.

La naturalización tecnológica, dijo Ferreira, impide ver los impactos para el medio ambiente natural y social. Este proceso de constitución, que puede parecer simbiótico, no siempre produce consecuencias positivas, ya que algunas de estas herramientas, dispositivos y usos pueden escapar del control humano. Otra consecuencia que nos pone en alerta es la pérdida de control con la sesión de poderes a una inteligencia artificial; sin embargo, el problema más serio es la disminución del intelecto humano y la capacidad de discernimiento que refuerza el sesgo de confirmación, es decir, una selectividad de la adquisición o uso de evidencia y la inclinación inconsciente a interpretar los fenómenos de una forma u otra.

En el cierre de la conferencia, el doctor Ferreira concluyó que este desconocimiento de la forma en que las personas interpretan la información evita la incomodidad de gastar tiempo y energía analizando opiniones contrarias, lo que implica el peligro del algoritmo que refuerza el sesgo de confirmación y termina generando el efecto llamado “cámara de eco”, una metáfora que se confirma en las redes sociales.

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