Publicación bimestral de la Coordinación de Extensión Universitaria

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La defensa de nuestros cuerpos, una manera de erradicar la explotación sexual

Reportera: Verónica Ordóñez Hernández
Fotografías: José Ventura Flores Velasco

En la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco (UAM-X), se llevó a cabo el coloquio conversatorio Ser mujer, entre la prostitución y la trata, convocado por las profesoras investigadoras María Concepción Rojas Leyva, Martha Zanabria Salcedo y la egresada Ana Laura Ramos, con el acompañamiento de la licenciatura en Psicología, coordinada por la maestra Verónica Alvarado Tejeda y el Departamento de Educación y Comunicación, dirigido por el maestro Teseo López Vargas.

En el conversatorio que forma parte de las actividades del módulo sexto “Desarrollo y Socialización”, de la licenciatura en Psicología, se abordaron los aspectos teóricos y legales sobre el tema y se compartieron las experiencias de la Hermana María Marcela, de “Casa Emilia”, y de Carmen Muñoz, de “Casa Xochiquetzal”, activistas por los derechos de la infancia y de las mujeres en situación de explotación sexual y trata.  

La doctora Zanabria Salcedo estableció las diferencias entre el comercio sexual y la trata, parafraseando a la historiadora y feminista Martha Lamas, quien desaprueba el término de prostitución, porque además de ser peyorativo, alude únicamente a quien ejerce la acción de vender el cuerpo. “El comercio sexual habla de una transacción, en la que está involucrada la persona, el cliente y la otra persona que favorece este comercio, conocidos como proxeneta, padrotes o mascotas”, explicó Zanabria.

La académica refirió que, en el comercio sexual, la víctima no es retenida y existe una suerte de consentimiento de trabajar realizando actividades sexuales consensuadas por las que recibe un pago a manera de intercambio. Ahora bien, la trata, de acuerdo al Protocolo de Palermo del 5 de diciembre de 2000, se refiere al reclutamiento ­–ya sea por engaño o por presión–, al transporte, transferencia o recibo de personas, y que quienes las acogen realizan con ellas diversas acciones como trabajos forzados de servidumbre o sexuales.

La doctora destacó que en México la necesidad económica, el desempleo, la escasa cobertura de seguridad social y los bajos salarios son las principales causas por las que las personas sin recursos deciden trabajar en el comercio sexual.

La académica explicó que las reacciones adversas, la indignación y la molestia, manifiesta hacia el comercio sexual voluntario, es porque se considera que subvierte el modelo tradicional de la femineidad, pues socialmente se espera que la mujer sea pura, fiel y cuidadora de los niños; sin embargo, quienes se dedican a ello defienden su trabajo con el argumento de que hay otras ocupaciones que son denigrantes y dañinas para la salud.

Este planteamiento lleva a las feministas estudiosas del fenómeno a establecer dos posturas: por un lado, la abolicionista, que consiste en desaprobar, prohibir y desaparecer el fenómeno por considerar que la explotación, la denigración y la violencia con las mujeres es inherente al comercio sexual; por otro, la de la defensa y reconocimiento de los derechos de las personas que, de manera consciente, deciden dedicarse al comercio sexual, pues consideran que en la medida que están protegidas, estarán menos expuestas y serán menos vulnerables a la violencia en la que viven cotidianamente.

Ana Laura Ramos Rosas, egresada de la licenciatura en Psicología de esta Unidad, en su ponencia titulada “Palabras y espacios a través de la historia”, presentó un recorrido histórico de la actividad, desde el prehispánico, en los tiempos de los Nahuas. Un dato curioso que reveló fue la creencia de que las personas dedicadas al comercio sexual estaban predestinadas por la fecha de su nacimiento, otorgándole una función social de proveer satisfacciones a quienes por alguna razón no podían tener esposa o no les satisfacía sexualmente una pareja, también acompañar a los soldados guerreros para brindarles bienestar y asegurar la victoria en la batalla.

En su exposición, Ramos Rosas estableció que las transformaciones de este pensamiento se derivan de acontecimientos que fueron impuestos, de construcciones, asimilaciones y adopciones de identidades que, de una u otra manera, se forjaron en un sincretismo.

La concepción de la persona que vende su cuerpo o placer sexual se determina o se permea de la concepción religiosa que deviene de España y que veía la sexualidad como un pecado. La definición para las mujeres que se dedicaban a ello era: mujeres públicas, rameras, prostitutas o mujeres del mal vivir.

La abogada penalista, Guadalupe Valdés Osorio, profesora de posgrado de la Facultad de Derecho en la UNAM y vocal Nacional de la Federación Mexicana de Universitarias A.C., refirió que, a pesar del derecho otorgado a las mujeres por diversos instrumentos, conferencias y convenciones nacionales e internacionales para disponer de su cuerpo, el Estado, la ley y la sociedad siguen decidiendo sobre los cuerpos de las mujeres.

Esto ha ido cambiando a partir de 2011, pues la tendencia es cobijar a la mujer de la vulnerabilidad hacia su libertad sexual, libertad económica y su dignidad. En este sentido, la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los delitos en Materia de Trata de personas y para la Protección y Asistencia a las víctimas de estos delitos, protege la dignidad, la libertad, la seguridad y los derechos humanos de las víctimas, que en un alto porcentaje son niñas, adolescentes y mujeres.

Hoy día, la mayoría de las leyes se están armonizando para que todas tengan los conceptos de perspectiva de género y se oriente a los operadores jurídicos: ministerios públicos, asesores jurídicos, defensores, impartición de justicia y personas en particular.

Es un reto ejercer nuestros derechos como mujeres, pero si decidimos sobre nuestro cuerpo y nuestras relaciones sexuales seguras y consentidas, apoyamos la erradicación y la eliminación de la violencia contra la mujer, la explotación sexual en su modalidad de prostitución y abusos sexuales similares, indicó.

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