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Agroecología, necesaria en las políticas públicas para la restauración socio-ecosistémica

Reportera: Verónica Ordóñez Hernández
Fotografías: José Ventura Flores Velasco

El “Primer Congreso Nacional de Estrategias de Conservación de los Socio-ecosistemas”, convocado por la coordinación de Comunicación del Conocimiento, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), fue acogido en el tercer día de actividades en la Unidad Xochimilco, donde se presentó el doctor en Desarrollo Rural, Jaime Rubén Cuevas Mendoza, con la conferencia magistral “Organización y conocimiento ecológico tradicional en la restauración de agroecosistemas en la Ciudad de México”.

El coordinador del Centro de Innovación e Integración Comunitaria número 3 (Milpa Alta y Tláhuac), en la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (Corenadr), de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México, habló de la importancia de la organización comunitaria y el conocimiento ecológico tradicional que tienen los pueblos del suelo de conservación, en la restauración de los agroecosistemas en la Ciudad de México.

Desde esa instancia, el profesor compartió la visión de la política pública progresista del gobierno, que coadyuva en el proyecto de transformación y reconfiguración de las relaciones socio-culturales, económicas, políticas y ambientales, a través del programa “Altépetl Bienestar” (formas de organización política, social y territorial), en el territorio de la alcaldía Milpa Alta.

El doctor precisó que hablar de agroecología implica abordar las dimensiones político-organizativa, ontológica-vivencial y técnica-productiva, así como tener claridad de la intencionalidad del modelo que se quiere promover en los territorios. Con esta perspectiva, la agroecología se vuelve parte de la política pública en la restauración socio-ecosistémica y de las comunidades de aprendizaje campesino, como actores importantes en la restauración y preservación de los agroecosistemas.

Algunos logros del programa, señalados por Cuevas Mendoza, fueron: la inclusión y equidad en ayudas individuales, que alcanzaron la cifra de 12,000 apoyos; la creación, en el 2020, de las Comunidades de Intercambio de Saberes; en 2021, las Comunidades de Aprendizaje Campesino para la restauración y preservación de los agroecosistemas, que tienen como propósito fortalecer las formas organizativas y asociativas, emprender acciones colectivas de restauración de los ecosistemas, promover la transición hacia los sistemas de producción agroecológicos, y favorecer la integración económica de cadenas y redes de valor, entre otros.

Cuevas estableció como reto en la gestación de las políticas públicas de restauración y preservación de los socio-ecosistemas en la Ciudad de México, en la dimensión político-organizativa, lo siguiente: otorgar y brindar seguridad social al campesino; favorecer el relevo generacional y apoyar la autogestión económica. Respecto a la dimensión ontológica-vivencial, señaló como necesario: implementar metodologías para el diálogo de saberes; romper la cultura del extensionismo y favorecer la visión socio-ecosistémica para afrontar los desafíos de las crisis climáticas.

Y, por último, en la dimensión técnica-productiva, es necesario recuperar la capacidad campesina de experimentación e innovación, así como reintroducir especies y recuperar sus valores de uso y cambio y desarrollar estrategias para la preservación de semillas nativas.

El doctor en Ciencias y Artes para el Diseño, José Gabriel Castro Garza, especialista en investigación y Gestión Territorial, impartió la plática “Estrategias de conservación del polígono de patrimonio mundial de Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta de la Ciudad de México”, en la que compartió algunos datos de la investigación que realiza en el polígono patrimonial milenario, comprendido entre las alcaldías de Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta: es un territorio de 75 km2 considerado paisaje cultural por su formación geográfica, donde se puede ver la intervención armoniosa del ser humano y la reproducción ambiental de los ecosistemas.

En 1986, 7,500 hectáreas, aproximadamente, fueron declaradas zona de monumentos históricos; en 1987, se inscribieron en la lista de patrimonio mundial; en 2005 se decretaron Área Natural Protegida, y en 2017, fueron reconocidas como Sitios Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial, en la que actualmente habitan más de 220,000 personas, distribuidas en 11 poblados tradicionales.

Castro Graza, profesor investigador de la licenciatura de Planeación Territorial, del Departamento de Teoría y Análisis, refirió que, en el 2015, se registró la conservación de 3,585 chinampas activas en cinco zonas chinamperas (Xochimilco, San Gregorio Atlapulco, San Luis Tlaxialtemalco, Tláhuac y Mixquic), de 25 que se perdieron; 5 mil en la segunda mitad del siglo XX, debido al crecimiento urbano. Un detrimento de la calidad de vida del ecosistema que, en ocho décadas, reporta la pérdida gradual de la red canalera fina, debido a la falta del recurso hídrico básico y la subsistencia.

Las estrategias de recuperación del equipo de investigación son claras: 1) El rescate de la red canalera, 2) La atención prioritaria del suelo chinampero, su aptitud para el cultivo y su arbolado con ahuejotes en todos sus bordes, y 3) El rescate y rehabilitación de los antiguos núcleos urbanos de los pueblos originarios, sus inmuebles históricos y su contexto urbano deteriorado.

El pasado 18 de octubre se inauguró el Congreso en la Rectoría General, por el doctor José Antonio De los Reyes Heredia, rector general; la doctora Gabriela Anaya Saavedra, coordinadora de Vinculación y Fortalecimiento Académico, en representación del doctor Francisco Javier Soria López, rector de la Unidad Xochimilco; el doctor Octavio Mercado González, rector de la Unidad Cuajimalpa, y la ingeniera Columba Jazmín López Gutiérrez, directora general de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural, quien también tuvo participación en la Unidad Cuajimalpa.