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La UAM Xochimilco reúne a tres grandes del muralismo en México 

Cobertura UAM Xochimilco

Reportera: Verónica Ordóñez Hernández

En el centenario del muralismo en México, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Unidad Xochimilco, a través de la Coordinación de Extensión Universitaria y Galería del Sur, con el apoyo del Museo Mural Diego Rivera (MMDR), la Fundación Cultural Trabajadores de Pascual y del Arte A.C. y el Instituto Nacional de Antropología e Historia, a través de la Fototeca Nacional, presentan la exposición “Espejo sabio de los muros. Un acercamiento al muralismo mexicano”.

La muestra colectiva reúne las obras de “tres grandes” del muralismo del siglo XX: José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, y se complementa con el trabajo artístico de Rufino Tamayo, Jorge González Camarena, José Chávez Morado, Rina Lazo, Fanny Rabel, Olga Costa, Grace Grenwood, Alfredo Zalce y el canadiense-mexicano Arnold Belkin.

En la Sala Leopoldo Méndez de la Galería del Sur, se exhiben 12 reproducciones y un original de los muralistas que representan el movimiento encabezado por José Vasconcelos (1882-1959) en los años veinte. La  pieza central es el mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, pintado por Diego Rivera (1886-1957) en 1947 para el Hotel del Prado, que se ubicaba frente al parque. El parque público, uno de los más antiguos de América Latina, creado en la época colonial a partir de la petición de Luis de Velasco, segundo virrey de Nueva España, sirvió de inspiración al muralista para inmortalizar a los personajes más representativos -desde su interpretación de la historia de México-, a partir de la conquista y hasta mediados del siglo XX, y que de alguna manera se relacionan con el parque público.

Como en un paseo por la Alameda, los asistentes a la exposición pueden transitar entre los 30 personajes de tamaño real, entre los que se encuentran Guillermo de Landa y Escandón (1848-1927), quien fue senador por Morelos y Chihuahua, y en 1900 presidente del Ayuntamiento de la CDMX; el conquistador Hernán Cortés (1485-1547); la Emperatriz Carlota (1840-1927); Benito Juárez (1806-1872); Maximiliano de Habsburgo (1832-1867); José María Vigil (1829-1909), escritor y periodista que defendió las causas nacionales durante la intervención francesa; Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695); así como indígenas, campesinos (as), vendedores (as) de muéganos, frutas y el globero (de Cantoya, llamado así por el personaje que creó los globos aerostáticos), una figura destacada que recorrió la República con el espectáculo en el que elevaba personas y animales. La Catrina, figura central que evoca a Quetzalcóatl, del brazo de José Guadalupe Posada, y de la mano de Diego Rivera, detrás de él, Frida Kahlo.

La muestra artística se extiende a los muros de la Sala Gilberto Aceves Navarro, del vestíbulo de la Rectoría de la Unidad, con 11 piezas de litografías, grabados, aguafuertes, acrílicos y un testimonio –impresión moderna en trovicel- de Diego Rivera y Rina Lazo pintando el mural del Hotel del Prado.

El recorrido artístico concluye en la Sala Ivonne Domenge, del vestíbulo de la Biblioteca Ramón Villarreal Pérez, con la exposición Juegos, sueños y una tarde en la Alameda, con 23 obras en la técnica de impresión sobre trovicel, cortesía del Museo Mural Diego Rivera.

La exposición fue inaugurada por el doctor Francisco Javier Soria, rector dela Unidad; el curador Javier Vázquez, en representación de la maestra Marisol Argüelles, directora del MMDR; Rubén Jiménez presidente de la Fundación Cultural trabajadores de Pascual y del Arte A.C., y Patricia Quijano, esposa del muralista Arnold Belkin.

El doctor Soria López recordó la importancia del movimiento mexicano en las primeras décadas inmediatas a la Revolución mexicana, “un proyecto de nación sustentado en las raíces mexicanas, que incidió en diversos ámbitos de la sociedad y que fue preámbulo al muralismo, prolongado hasta los años sesenta”, el cual registró en la arquitectura de los espacios públicos el aspecto social de las clases menos favorecidas. Un trabajo artístico que influyó en la concepción del indígena mexicano.

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