Letras en línea
León Felipe Serrano Gama
Egresado de la licenciatura en Historia (UAM Iztapalapa)
División de Ciencias Sociales y Humanidades
Lecciones
Esto que estamos enfrentando actualmente
nos ha recordado la fragilidad de la vida.
El miedo al contagio, a la muerte,
se siente y está presente en todos lados.
Pareciera que todo, poco a poco,
y con el transcurrir del tiempo, se ha oscurecido.
Primero meses y ahora años,
se ve aún lejano, un final cercano a esta pesadilla.
Pareciera que las más densas y espesas tinieblas,
han cubierto nuestras ciudades, plazas y calles.
Se percibe en el aire, se observa en los gestos,
lo evidencian claramente las miradas.
Nos encontramos asustados y perdidos.
Todos, los que lo han padecido,
o aquellos que han tenido suerte de evitarlo,
sin excepción, se cuidan, toman precauciones…
e inclusive, invocan el nombre de Dios…
Pero, sin duda alguna,
ha quedado demostrado una verdad absoluta:
Se están escribiendo los eventos decisivos
de nuestro tiempo e historia más reciente.
Ha puesto a todas las naciones, a la humanidad entera de rodillas,
pero eventualmente esto acabará y solo será un amargo recuerdo.
No obstante, cuando volvamos la vista atrás
y entendamos como ha cambiado nuestra vida;
será necesario preguntarnos: ¿Qué hemos aprendido?
Impresiones de Monet
A veces, me siento muy desanimado,
y mi mente está agobiada por el estrés.
Pero entonces colores, lienzos y composiciones,
mi sensibilidad e imaginación despertaron,
y alejaron de la tristeza y el pesimismo mundano.
Recorro mi marcado camino para arribar a mi destino,
que no es otro que la catedral que resguarda esos tesoros,
en sus pasillos, por fin, encuentro un Monet que provoca mi suspiro.
Allí todo es alegre y pasivo,
allí nada nunca es bullicioso o melancólico.
Su suave y calmo paisaje, cobijado bajo el Sol,
iluminando agridulcemente, el puerto de Le Harve.
Centenares de lienzos guardados, que son un maremoto de emociones.
Tesoros de pinceladas lineales, gestados con los más puros colores,
iluminando al aire libre o gradación fría reflejada en el agua.
¡Oh tiempo, envíame por favor a aquel decimosexto distrito de París!
Donde se encuentra la catedral Marmottaniana que resguarda los Monet.
¡Sabiduría que en mi yaces, otórgame el conocimiento para comprender estas impresiones!
Pero no como la de Leroy, hiriente y satírica, que solo del maestro se burló.
Sus composiciones son un tornado de infinitos colores que calman el alma.
El ser humano…
El hombre se hizo siempre de color,
como creado a imagen natural,
de elemento bautizado rural,
pero siempre manteniendo su olor.
Como recipiente que guarda calor,
existe en un mundo cual mural,
De mortal ingrediente efímero,
forjado cual coloso de Hefesto,
del bien llamado maestro herrero.
Labrado con el último aliento,
juzgado en tribunal de acero,
atado al humano sufrimiento.
