Reportera: Guadalupe Ochoa Aranda
La producción política y social de espacios de memoria en México es una investigación que realiza la doctora Edith Kuri Pineda, adscrita al departamento de Relaciones Sociales, de la UAM Xochimilco, en la cual explora cuáles fueron las condiciones político-sociales que permitieron el rescate de dos antiguos centros de detención y desaparición para convertirlos en espacios de memoria.
En el auditorio Catalina Eibenschutz, la doctora Kuri presentó una interpretación sociológica sobre la edificación del ahora Museo Casa de la Memoria Indómita, ubicada en la calle de Regina 66, y el Sitio de Memoria Circular de Morelia 8, en la colonia Roma de la Ciudad de México. Dos espacios donde se cometieron graves violaciones de los derechos humanos: tortura, asesinatos, encarcelamientos ilegales y desapariciones forzadas.
En este estudio, la politóloga aborda la lucha sociopolítica y la violencia estatal durante el movimiento de 1968 y la llamada “guerra sucia”. Indicó que el tema de la memoria colectiva ha sido recurrente en los últimos años en los estudios de las ciencias sociales, a través de análisis geográficos, sociológicos, históricos y políticos, como se ha hecho en países como Chile, Argentina y Uruguay que vivieron dictaduras militares.
En México, dijo, existen dos recintos equivalentes a los existentes en aquellos países: el Memorial del 68, dedicado al movimiento estudiantil de 1968, perteneciente al Centro Cultural Universitario Tlatelolco de la UNAM y el Museo Casa de la Memoria Indómita (MUCMI), donde se presenta la memoria sobre la llamada “guerra sucia”, las desapariciones forzadas y la propia memoria del actor colectivo que lo gestiona: el Comité ¡Eureka!
La politóloga señaló que los procesos de transición política permitieron la construcción de espacios de memoria a partir de diferentes recursos estéticos y espaciales. Para ello, se han elaborado discursos memorísticos con una resonancia política, afectiva, axiológica, pedagógica e histórica con una propuesta museográfica.
En ambos recintos, la investigadora explora el perfil de los visitantes y el impacto emocional que han tenido estos proyectos memorísticos con una metodología cualitativa y cuantitativa, a través de entrevistas semiestructuradas a directivos, gestores y sobrevivientes de la llamada guerra sucia; también de encuestas al público y de observación participante.
Para analizar teórica y geográficamente estos espacios de memoria, la doctora Kuri explora cuáles son las condiciones político-sociales que han permitido la construcción de estos espacios y aclaró que este estudio no tiene como propósito una representación estadística sino un objetivo analítico.
Señaló que estos recintos son memorias subterráneas que emergen en el espacio público a partir de la segunda mitad del siglo XX, cuando el sistema político mexicano posrevolucionario contaba con cuatro rasgos distintivos con los cuales ejercía el poder: corporativismo, presidencialismo, autoritarismo y clientelismo.
Agregó que la violencia estatal ejercida en la década de los años 60, 70 y 80 en México por un régimen autoritario, persiguió a la disidencia sociopolítica cuando numerosos actores colectivos irrumpieron en el espacio público, evidenciando la injusticia social prevaleciente y los escasos espacios de participación política.
Así, los movimientos sociales de diverso calibre enfrentaron colectivamente a un Estado que, ante la disidencia, optaba por la cooptación, la negociación o la represión como instrumentos de desmantelamiento de la legítima oposición. Lo anterior tuvo como efecto el nacimiento del movimiento estudiantil de 1968, y tres años después, se llevó a cabo otro acto represivo: el “halconazo” que representó la radicalización de otros movimientos, añadió.
Al hablar del Sitio de Memoria Circular de Morelia, que actualmente está en remodelación, señaló que fue una edificación de la Dirección Federal de Seguridad, una sede donde agentes estatales torturaron, asesinaron y desaparecieron a militantes de movimientos sociales en general. En la historia política reciente se recuperó este espacio el 10 de junio de 2019, como un sitio de memoria y lucha contra el olvido.