Reportera: Guadalupe Ochoa Aranda
Fotografías: José Ventura Flores Velasco

El pasado 4 de diciembre, el doctor Francisco Javier Soria López, rector de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco (UAM-X), se unió a los festejos de la reinauguración del Taller de Expresión Plástica en Cerámica, de la sección de Actividades Culturales, de la Coordinación de Extensión Universitaria y Difusión Cultural (CEUXyDC). Uno de los cuatro talleres –teatro, danza, guitarra– que se fundaron en esta sede académica hace 45 años para la educación estética-plástica de las y los estudiantes y la comunidad universitaria.

A partir de esta fecha, el Aula B-002 llevará el nombre del maestro Alberto Díaz de Cossío Carbajal (1935-2022), un ceramista ejemplar que ejecutaba su oficio con pasión y guiaba a sus alumnos con la convicción de que el “arte es inseparable de las cosas sociales”, una idea que, en esos momentos, permeaba en el mundo artístico: la fusión del escultor, el diseño arquitectónico y la expresividad plástica del pintor en una sola obra de arte.

Para la reapertura del espacio, los demás talleres se agruparon en un programa cultural para mostrar a los asistentes los avances de sus propuestas. Se presentó la obra de teatro “Las escaleras”, del Taller de las ideologías que dirige José Luis Gómez; la coreografía “PerteneSer”, del Taller de danza contemporánea “Creación en movimiento”, a cargo de Mireya Perea, y la intervención musical del Taller de guitarra, dirigido por Gerardo Carrillo Mateos.

Previo a la develación de la placa, el doctor Soria López destacó que, desde sus inicios, la universidad asume que las actividades culturales y artísticas son parte integral de la formación de alumnas y alumnos. Señaló que uno de los grandes pendientes de la Unidad es la construcción de un edificio icónico, en el que las artes escénicas, musicales y plásticas se desarrollen en un ambiente de comunión arte-espíritu-creación.

El rector propuso que para los festejos del 50 aniversario de la UAM, el arte del fuego reactive los ánimos universitarios con un concurso de piezas de barro y cerámica alusivas a esta celebración.  

Por su parte, la doctora Martha Flores Ávalos, coordinadora de CEUXyDC, afirmó que los asistentes a este taller de expresión plástica podrán tener esta experiencia creativa, tal y como ella experimentó cuando era estudiante de esta casa de estudios. Mencionó que esta actividad artística enriquece el espíritu, activa la percepción estética y estimula la imaginación hacia nuevas propuestas, ya sean artísticas o académicas.

En su oportunidad, Adriana Díaz de Cossío, hija del excepcional ceramista, evocó a su padre como un hombre que hizo de la cerámica una forma de vida. “Porque para él, moldear el barro, era un saber que limpia y cura el alma; era un acto místico y de diálogo con la materia (tierra); era una experiencia sensual, que sólo quienes practican esta actividad ancestral pueden ver esta gran olla de barro que es este planeta”. 

La doctora Noemí Luján, del departamento de Relaciones Sociales y Secretaria de Asuntos Académicos del SITUAM, conminó a la administración de la UAM-X a que el edificio de los talleres escénicos, plásticos y musicales estén albergados en un espacio abierto a la sociedad, donde niños, madres y adultos mayores puedan disfrutar de esta experiencia. “Es necesario hacer de estos talleres, espacios de reencuentro y de vínculo que se extienda hacia nuestro entorno”. 

El acto culminó con un fuerte aplauso para la artista plástica Adriana Jara Ibáñez, quien desde hace siete años imparte el Taller de Expresión Plástica en Cerámica, y que ha luchado por las condiciones de un espacio donde todo el proceso de elaboración de piezas artísticas o utilitarias sea propicio para el amasado, moldeo, acabados, secado y cocción, de tal forma que se proponga como un acto amoroso con el barro.

En la coreografía “PerteneSer”, las bailarinas trasmitieron al público la idea de pertenencia e identidad con la libertad de movimientos estéticos, ejecutados con un gran dominio de las técnicas corporales de la danza contemporánea. El público disfrutó esta puesta en escena que culminó con una bailarina emergiendo del barro a la cual se integraron las danzantes para configurar una expresiva y conmovedora escultura humana.