Publicación bimestral de la Coordinación de Extensión Universitaria

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El maíz, reservorio genético del mundo

Reportera: Verónica Ordóñez Hernández
Fotografías: José Ventura Flores Velasco

El campo sí es negocio, y detrás de él están “las 10 hermanas del campo mexicano”, llamadas así a las diez principales empresas que lo controlan, acaparan y comercializan, entre ellas Bachoco, Minsa, Maseca, SuKarne y Cargill que pertenecen a gobernadores, políticos, empresarios y transnacionales, entes que han cercado la soberanía alimentaria de México en los últimos 30 años, señaló la doctora Adelita San Vicente Tello, directora general del Sector Primario y Recursos Naturales Renovables de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, durante su participación en el foro “La batalla de la soberanía alimentaria: maíz transgénico y glifosato ante el TMEC” realizado en días pasados en la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco (UAM-X).

La funcionaria, egresada de esta universidad, enumeró tres elementos que contribuyen a la evolución de este cerco: la regulación, la tecnología que se apropia del conocimiento tradicional, y la política que ha transitado de un Estado interventor a uno neoliberal, lo que ha llevado al país a una fase de apertura comercial induciendo la siembra de transgénicos y la sustitución de los alimentos básicos por productos que se comercializan en Estados Unidos, con el riesgo de transformar a México en un importador neto.

Las características y la relevancia internacional hacen del maíz un grano en disputa, sin embargo, el centro del debate no debe ser el comercio, sino la defensa y protección del cereal, ya que México es el centro de origen y de la diversificación constante.

Este contexto lo entendió el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, por lo que ha emprendido una serie de acciones, como la abrogación del decreto de diciembre de 2020, que establecen “las acciones que deberán realizar las dependencias y entidades que integran la Administración Pública Federal, en el ámbito de sus competencias, para sustituir gradualmente el uso, adquisición, distribución, promoción e importación de la sustancia química denominada glifosato y de los agroquímicos utilizados en nuestro país que lo contienen como ingrediente activo, por alternativas sostenibles y culturalmente adecuadas, que permitan mantener la producción y resulten seguras para la salud humana, la diversidad biocultural del país y el ambiente”, con el Decreto emitido en febrero del presente año sobre la misma materia, y que atiende principalmente la controversia del Artículo Sexto con Estados Unidos.

El Decreto dispone cuatro categorías de la semilla según su uso y bajo el principio de autosuficiencia del cereal: i) maíz genéticamente modificado, ii) para alimentación humana, iii) genéticamente modificado de uso industrial para alimentación humana y iv) genéticamente modificado para alimentación animal.

La doctora en agroecología mencionó otras acciones que se realizan desde el Gobierno Federal, encauzadas a la promoción de la siembra y cultivo de maíz nativo, así como al restablecimiento de programas que apoyan al agricultor y a la defensa de los derechos de los mexicanos, encaminada al reconocimiento de la agricultura de pequeña escala como defensa del reservorio genético de la agricultura en el mundo, que representa el maíz.