El ser humano, eje del proyecto social cubano
Cobertura UAM Xochimilco
Reportera: Verónica Ordóñez Hernández
Lisdamy Pupo Pérez, representante de la Embajada de Cuba en México, fue recibida por la comunidad de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Unidad Xochimilco, para impartir la plática “La Revolución cubana: De la Alfabetización al desarrollo de la biotecnología y la creación de vacunas”, con la que despertó el interés de los asistentes por conocer más del aspecto social y humano de sus compatriotas.
La licenciada en Relaciones Internacionales por el Instituto Superior de Relaciones Internacionales Raúl Roa García de la Habana, Cuba, habló de los logros del pueblo cubano a partir del levantamiento emprendido por Fidel Castro en el año de 1959. Una revolución social que fue el parteaguas del proceso revolucionario gestado hasta la actualidad y del que surgió el proyecto social vigente en aquel país.
La diplomática explicó que “el proyecto social en Cuba, coloca en el centro al ser humano y su vida otorgando los mismos derechos a los hombres y mujeres de esta nación, sin limitación de sexo, color de piel o alguna otra cualidad social”, un programa de desarrollo que los ubica en el lugar 70 de 189 en desarrollo humano, según el informe emitido en el año 2020 por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
A pesar del bloqueo comercial que Estados Unidos mantiene desde hace más de sesenta años, su población tiene un elevado desarrollo cultural y científico, “con la consigna convertirse en hombres y mujeres de ciencia y de pensamiento, para atender las necesidades en salud de la población y ayudar a otros países”, refirió orgullosa la diplomática.
Fue así que los egresados de las escuelas de medicina, los politécnicos y centros de formación de personal en las nuevas tecnologías de las
informáticas y las comunicaciones conformaron, en 1991, el primer Polo Científico Biotecnológico dirigido por el Estado, integrado por diversos centros de investigación y de avances tecnológicos, institutos de instrucción, empresas productoras, centros de salud, centros reguladores que desarrollan productos innovadores en el campo de la biomédica y la farmacología que se exportan a otros países, con excepción de Estados Unidos.
Este conocimiento le permitió a la isla caribeña encabezar la lista de países en América Latina en el desarrollo de las vacunas contra la COVID-19 (Soberana 01, Soberana 02, Soberana Plus, Abdala y Mambisa, esta última de administración nasal), tres de ellas aprobadas por el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed) para la inoculación de aproximadamente cuatro millones cubanos, de 11.2 millones (que recibieron tres dosis de Soberana 02 y Soberana Plus como refuerzo), cifra a la que se suma desde el pasado 3 de septiembre, la población entre 2 y 18 años de edad que está siendo vacunada con Soberana 02.
El tema de la inoculación deviene del año 1962, con la primera campaña de vacunación para erradicar la poliomielitis, emprendida por los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), constituidos por los ciudadanos y la Federación de Mujeres Cubana (FMC), “en la que participan de manera voluntaria a partir de los 12 años y de la que formo parte”, señaló Lisdamy Pupo.
La organización y ejecución ininterrumpida ha permitido la erradicación de seis enfermedades y el control de la tasa de incidencia y mortalidad, con la administración en promedio de 4 800 000 dosis de vacunas simples o combinadas que protegen contra 13 enfermedades, incluida una pentavalente cuyos cinco componentes se producen en el país.
La funcionaria, invitada por el profesor investigador Jorge Dávila, del Departamento de Producción Económica y del Tronco Interdivisional, instó a los presentes a visitar su país natal y refrendar los lazos fraternos que históricamente lo unen a México, para contrarrestar las restricciones políticas, el bloqueo comercial y las campañas mediáticas creadas y subvencionadas por Estados Unidos.