Publicación bimestral de la Coordinación de Extensión Universitaria

Letras en línea

Me salió gandalla

Letras en línea

Eduardo Daniel  Gómez Aguilar
Licenciatura en Psicología
División Ciencias Sociales y Humanidades

Foto: Archivo Canvas

A mí me dijeron que me lo mataron. Yo digo que aún ha de estar por acá. Por eso vuelvo todos los lunes a buscarlo. En lunes se fue y ya no volvió aquí. Seguro quiso hacer su vida, pero que no haya avisado, con lo preocupados que estamos, pues ya es cosa diferente, ¿o no? Irse así sin más. Le hubiéramos dicho de todos modos que sí, que fuese valiente y aferrado para no declinar a ante el primer imprevisto y volviera acá vencido como un coyón, porque coyón no es.

Se las sabe de hombre, aunque le digan maricón. No, si él no puede ser maricón, así no lo educamos y no hemos tenido sangre marica acá en la casa de donde lo pudiera sacar. Eso de que es marica lo dicen los chavos porque son chavos, pero él no lo es. Él era un hombre, no un maricón, por eso se ha de haber ido. Claro, cómo no, si yo hice igual. Nomás que la Martina ya andaba cargada de él. Debí figurarme que le daría por querer hacer igual, si ya está en edad de quererse írse, así nomás, así como yo me fui. Eso no quita que esté preocupado.

Pero bien me lo dijo mi señor padre y no le creí: “Allá tú Betito, ya te tocará probar lo que se siente. Todo en esta vida se paga con los hijos. Yo ya pagué contigo. Ahora a ti te tocará pagar. Ya verás si no.”, me dijo inyectándole cizaña a sus palabras cuando conoció a Carlitos, el día que fui a pedirle perdón por haberme ido.

¡Cuánta razón tenía! Y yo que me burlé nomás y le dije que no anduviera diciendo eso. Claro que era broma, pero le atinó. O quizá no era broma y ya lo sabía nomás por ser yo su hijo y Carlitos su nieto. ¡Pinche Carlitos!, de verdad, de verdad. ¡Cómo jode que se haya ido así y sin dinero! Por lo menos yo ya le había juntado algo con la Martina, pero él qué iba a estar juntando si el pinche huevón nomás no daba una donde le hablaban para trabajo.

¡Pinche Carlitos huevón!, ahora sí me la supo hacer ver. Cuando vuelva, si es que vuelve (o quizá no vuelve por orgulloso como yo), le daré una joda para que escarmiente. Si vuelve, lo joderé sólo por volver, porque eso no hace un hombre. Un hombre se agarra los huevos y como puede sabe salir adelante y sacar a sus escuincles a flote. Porque seguramente eso hizo y por eso se fue. Ha de haber dejado preñada a una mocosa, ¡qué otra cosa si no!, aunque ellos me aseguren que me lo mataron.

¡Ni madres!, ¡qué lo van a estar matando! ¿Qué no me ven cómo soy yo? Qué se esperan de Carlos que está más joven y fuerte. Hasta ganas dan de decirle para que les quiebre el hocico por habladores, a ver si muy gallos, ¡pinches culeros! Decir que me lo mataron. ¡Qué va! Creo que por eso lo estoy buscando, para contarle y llevarlo con esos para que les dé en su madre. Por eso vengo acá todos los lunes, ¿por qué más, si no? Total y vuelve. No, mejor que no vuelva. Él no es un puto maricón. Él es un hombre. ¡Ah qué la…! Pinche Carlitos, nomás falta que sí, me salió gandalla como su padre.

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