Publicación bimestral de la Coordinación de Extensión Universitaria

Cauce en línea

Cuando el sentido del humor es algo serio

Mtra. Nery Esperanza Cuevas Ocampo
Profesora-investigadora de la licenciatura en Psicología
UAM Xochimico

Voces de los docentes


Hoy en día estamos frente a la posibilidad de volver a las clases presenciales, con todos los retos que implica volver a nuestras aulas. Pareciera un retorno natural y sencillo, pero creo que no lo es porque regresamos siendo otros. Hemos vivido una situación de angustia prolongada, así como la vivencia de estar confinados en un espacio con las mismas personas, lo cual nos ha demandado un ajuste en nuestras actividades y formas de relacionarnos.

Tampoco la Universidad es la misma, porque es un territorio, un espacio simbolizado que nos devolvía un lugar, una manera de habitarla y de hacerla. Ahora parece nueva, reformulada, se le añaden significaciones diversas que hacen que tengamos un nuevo encuentro con ella.

Para las y los alumnos también es un espacio a conocer o reconocer: estar en ella implica salir de casa, recorrer la ciudad y en este momento, asumir riesgos; es decir, como a toda la comunidad, les invade la emoción de tocar en sentido profundo la vida universitaria, a la vez que experimentan el temor a la incertidumbre actual.

Al ser conscientes de que la pandemia nos ha transformado tanto a las y los docentes como a las y los alumnos, es fundamental poner en primer lugar el bienestar del grupo, y un recurso muy valioso e importante es la promoción del sentido del humor. Usualmente lo asociamos con la risa y con la carcajada o bien con el estado de ánimo y la falta de formalidad. En realidad, el sentido del humor es una forma de pensamiento alternativo. Lo define el quiebre, la interrupción en la fluidez de las ideas, lo que nos lleva a este pensamiento alternativo, a la pausa para crear y, lo más interesante, es que nos permite afrontar la angustia al suspender momentáneamente la situación vivida.
Cuando interviene, no necesariamente nos lleva a la risa, puede ser que se exprese por la sonrisa, por la comprensión intelectual de lo que está en juego.

Es decir, el sentido del humor puede ser un acto de resistencia ante el dolor; de triunfo del yo que se afirma por encima de las circunstancias.

A lo largo de la historia se ha considerado que el sentido del humor es cercano a la falta de inteligencia, el desorden o a la maldad. Tal vez porque el sentido del humor es un proceso con mayor o menor complejidad, dependiendo de la capacidad intelectual de cada sujeto, pero también es eminentemente cultural, es afectado por la época y el contexto en el cual se da. Como proceso psicológico no es bueno o malo en esencia, al igual que otros procesos tales como hablar, pensar, aprender, entre otros.

El uso del humor, en su forma de teasing (broma afectuosa basada en el respeto), requiere de la existencia de un vínculo con la obligación y la mutualidad que lo define. Ese vínculo obliga a la emergencia del ser juzgado, a mostrarse en la autenticidad y ser frente a otro(a).

Es esencial que la estructura en el aula se conserve y se preserve la tensión vincular para que contenga los malestares y angustias de los miembros del grupo.

Proporcionemos un espacio libre de la preocupación de cumplir el programa; abramos un tiempo lúdico que es potencial, tiempo y espacio de creación a partir de lo vincular. Prioricemos la construcción colectiva, el soporte que el grupo ofrece a cada uno en estos momentos.

Hagamos que el encuentro con el otro y la otra sea fuente de sentido, que ponga en escena la función representante del afecto, para que se introduzca por su propia cuenta en el ser.

Voces de los docentes

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