Publicación bimestral de la Coordinación de Extensión Universitaria

Boletin Cauce Cauce en línea

La instalación de unidades purificadoras de aire en la UAM Xochimilco en el contexto de la pandemia por SARS-COV-2

Estela de la Rosa García, Gabriela Anaya Saavedra, Velia Ramírez Amador, Martha González Guevara, Adalberto Mosqueda Taylor
Integrantes del posgrado en Patología y Medicina Bucal
Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco

Ecos de ciencia y medio ambiente

Como es sabido, las actividades de servicio, parte fundamental de la misión de la UAM Xochimilco, nutren en una suerte de retroalimentación a la docencia y a la investigación, además de que son el nicho ideal para la realización de actividades de preservación y difusión de la cultura. 


El posgrado en Patología y Medicina Bucal de la UAM Xochimilco, en sus 38 años de existencia, ha integrado las actividades asistenciales a su cotidianidad para la detección de lesiones bucales, tanto en la clínica que se encuentra en el edificio H (109), la cual brinda atención especializada a la comunidad universitaria y al público en general, como en las clínicas alternas que operan en sedes fuera de nuestra Unidad (laboratorios de diseño y comprobación, clínicas especializadas Condesa y Condesa Iztapalapa, Hospital General “Dr. Manuel Gea González” e Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”). 
La patología y medicina bucal es el área de la odontología que estudia el origen, tratamiento y diagnóstico de las enfermedades que afectan la región bucal y maxilofacial, que van desde lo más simple, como manchas, úlceras o lesiones con origen traumático, quistes y tumores benignos, hasta procesos complejos, como enfermedades sistémicas o, incluso, el cáncer. De ahí el papel fundamental del personal de salud especializado en patología y medicina bucal para la resolución de estos problemas específicos, que se encuentran entre la atención dental y la médica; basta decir que las lesiones que podemos encontrar en la boca, en ocasiones son el primer signo de enfermedades sistémicas, y que de esta forma pueden ser diagnosticadas tempranamente. 
Desafortunadamente, la contingencia sanitaria provocada por la pandemia por COVID-19 impactó nuestra labor asistencial: por un lado, se impidió el acceso de pacientes a la Unidad y, por otro, una gran parte de las sedes externas fueron reconvertidas a centros COVID. No obstante, el compromiso adquirido con nuestra comunidad fue el acicate para continuar con las labores, tanto en consultorios privados (en forma gratuita), como en la Clínica Condesa, lugar donde gracias al convenio de colaboración suscrito con los Servicios de Salud del Gobierno de la Ciudad de México (CDMX) y la maestría en Patología y Medicina Bucal, hemos podido continuar otorgando atención especializada. 
La visión al mediano plazo nos hizo percibir cómo apremiante la necesidad de adecuar la atención clínica dentro de nuestra Unidad. Los aprendizajes que nos dejó la pandemia por VIH/SIDA, así como la cultura de bioseguridad que la estomatología nos obliga a seguir en nuestros procedimientos, nos mostraron el camino a emprender. 

Al mismo tiempo, y recordando que en épocas de pandemia la charlatanería se propaga, atestiguamos la andanada de información poco fidedigna, los falsos profetas, la venta indiscriminada de productos, materiales y equipo que prometían acabar con el SARS-COV-2. 

Nuestro grupo de trabajo, conformado por docentes y estudiantes, tenía claro que para continuar precisábamos hacer cambios que permitieran adaptar nuestro trabajo a la presencia de este nuevo virus. Después de una búsqueda importante en la literatura científica y tras analizar diferentes propuestas, identificamos la necesidad de contar con una unidad purificadora de aire con filtro HEPA, equipos que actualmente se utilizan en la mayor parte de clínicas universitarias, y que han permitido el regreso a las actividades presenciales en muchos países del mundo.
Afortunadamente, la Convocatoria para el Desarrollo Académico 2021 de la Rectoría de Unidad, en su rubro de Vinculación con las Comunidades, fue sensible a esta necesidad. En los próximos meses, la clínica para la detección temprana de lesiones bucales de la UAM Xochimilco contará con una unidad purificadora de aire hepa de grado médico, con la ventaja adicional de su portabilidad, característica que permitirá su uso en otras áreas dentro de nuestra institución. 
Es fundamental comprender que el regreso a las actividades presenciales es una necesidad inaplazable, particularmente las áreas que involucran actividades prácticas, las cuales docentes y estudiantes deben retomar bajo estrictas medidas de protección. Por ello, la implementación de medidas como las unidades purificadoras de aire en clínicas, aunque son inversiones costosas, permiten preparar el camino para el regreso a nuestra UAM.

Ecos de ciencia y medio ambiente

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