Reportera: Verónica Ordóñez Hernández
En el foro Barreras sociales y construcción de una cultura inclusiva, realizado por el Programa Universidad Incluyente y Accesible de la Unidad Xochimilco, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM-X), profesionales de los ámbitos educativo, de investigación y sociedad civil con discapacidad, intercambiaron experiencias personales y profesionales para la construcción de una sociedad inclusiva.
Para Enory García y Elizeth Grijalva, maestras sordas certificadas en la enseñanza de lengua de señas mexicana e integrantes de la Academia de Profesionalización Sorda y Estudios Lingüísticos de Lenguas de Señas de México (AProSEL MX), el camino a la inclusión es a través del empoderamiento de la comunidad sorda a partir de la educación y la preparación en investigación.

Desde el centro educativo con representación en México y América Latina, las profesoras contribuyen a romper las barreras de comunicación entre la comunidad sorda y los oyentes a partir de la enseñanza de la lengua de señas al personal docente, a familiares y personas sordas o con audición débil.
Enory García, egresada de esta Unidad y profesora certificada oralizada, refirió que los prejuicios sociales y las críticas hacia las personas sordas son las principales causas del aislamiento social de los sordos. Consideró que “la mayoría de la gente oyente piensa que no entendemos lo que nos dicen, que no sabemos escribir, dicen que tenemos mal carácter y no tenemos paciencia, pero es por las críticas que recibimos que nos sentimos destruidos, rechazados y entonces nos aislamos y rompemos la comunicación; es ahí cuando comienzan las dificultades para aprender”.

Elizeth Grijalva reforzó lo expresado por Enory García al señalar que la inclusión comienza por conocer la diversidad lingüística de los sordos, lo que implica entender los entornos culturales, ya que del mismo modo que para las personas orales, el aprendizaje es más fácil gracias a que hay afinidades culturales. Otros rasgos importantes son la gesticulación, el cuidado de la autoestima y el desarrollo de aptitudes.
En el mismo foro, el maestro Yehosua González Velázquez, egresado de la licenciatura en Política y Gestión Social por esta universidad, refirió que la diversidad funcional es parte de la sociedad y debe ser reconocida como tal, sin embargo, las acciones que realiza la población con discapacidad se vinculan a las deficiencias determinando el valor de las personas de acuerdo con la funcionalidad de sus cuerpos.

González Velázquez explicó que esta forma de discriminación social y prejuicio, basada en la idea de que las personas con discapacidad son inferiores a las demás, es lo que los teóricos llaman “capacitismo”, que son construcciones sociales, políticas y económicas que consideran y someten a los cuerpos a una funcionalidad esperada, menospreciando y privando de derechos y oportunidades aquellos cuerpos que se alejan de la supuesta funcionalidad ideal humana.
Refirió que los discursos, prácticas e instituciones que discriminan y prejuzgan a las personas con discapacidad, lo hacen a través del uso de términos incorrectos y ofensivos que se vinculan a diferentes narrativas como la tragedia, la incredulidad respecto de la independencia y la autonomía, el flow inspiracional, el lenguaje infantilizado o minimizado y el lenguaje indigno.

El acreedor al Premio a la Juventud, en la Ciudad de México en 2024, indicó que al ser los estereotipos un padecimiento social que permea diversos grupos sociales, la construcción de una cultura inclusiva y justa debe ser una ocupación de todos y todas las personas.







