Publicación bimestral de la Coordinación de Extensión Universitaria

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La universidad pública y autónoma, reflejo de una sociedad democrática, crítica y responsable

Reportera: Verónica Ordóñez Hernández
Fotografías: José Ventura Flores Velasco

La Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco (UAM-X), llevó a cabo la Sesión 7.24 del Consejo Académico y con ella la sesión número 500 del órgano colegiado. Para conmemorar el acto, acudieron a la Unidad Xochimilco el doctor José Antonio De los Reyes Heredia, rector general de la UAM; la doctora Norma Rondero López, secretaria general y las rectoras y los rectores de las cuatro Unidades de esta institución.

El doctor Javier Soria López, rector de la Unidad Xochimilco, en su calidad de presidente del Consejo Académico, señaló que el próximo 11 de noviembre la UAM-X cumplirá 50 años de su fundación, periodo en el cual ha desempeñado a cabalidad la tarea encomendada por la sociedad. “Cumplir con esto no sería posible, sin el soporte que representa el Consejo Académico que al día de hoy ha efectuado 500 sesiones que aluden al trabajo colaborativo de un equipo técnico para el funcionamiento del Consejo, instancia que desde que fue instalada ha sumado a diferentes cuerpos de trabajo; esto ha permitido la operatividad del Consejo Académico”.

Este órgano colegiado es también garante de la vida universitaria en general y representa la oportunidad de deliberar y ejecutar diversas disposiciones tomadas de manera plural por las y los integrantes del Consejo, representantes de cada uno de los sectores de la comunidad universitaria, un hecho que brinda certeza en el desarrollo de la investigación, la docencia y la difusión de la cultura; actividades que nutren la vida universitaria.

Como parte de la conmemoración, el doctor Martín Gerardo Aguilar Sánchez, rector de la Universidad Veracruzana (UV), impartió la conferencia magistral “Los cuerpos colegiados y sus repercusiones en la vida universitaria”. Explicó conceptos clave como la organización y su papel al interior de la sociedad y la universidad; la autonomía de las universidades; el papel de la democracia en las mismas; el poder y el equilibrio de poderes que en su interior se alcanza y la relación entre legalidad, legitimidad y gobernanza.

Con base en las investigaciones de la socióloga alemana Renate Mayntz (Berlín, 1929), fundadora y directora del Instituto Max-Planck para el Estudio de Sociedades, quien dedica un apartado a la escuela y  las universidades, Aguilar Sánchez parafraseó a Mayntz para explicar que “a pesar de contar con una jerarquía administrativa, la universidad, al contrario de otras instancias, se rige por los principios de correspondencia y equivalencia entre sus miembros, propiciando así que el modelo de gobierno universitario sea lo más humanista posible”.

Respecto a la organización y su papel dentro de la universidad, a partir de lo establecido por el académico chileno Juan Bautista Abello Romero, el doctor en Ciencia Política señaló que “los gobiernos corporativos de las universidades son uno de los principales objetos de estudio, dado que les corresponde asumir decisiones estratégicas, la rendición de cuentas y el control estratégico de las instituciones. Desde esa perspectiva, las universidades son espacios en los que las ideas y los valores están profundamente integrados con las estructuras, funciones, roles y culturas. De esta manera, los procesos de cambio deben abordar tanto los aspectos de la vida institucional como los aspectos instrumentales de la universidad”.

De los tres modelos universitarios que propone Abello Romero, se debe observar que al tener nuestra institución el carácter de universidad, estará siempre regida por la perspectiva académica y, de manera preferente y necesaria, por la perspectiva humanística.

Se refirió a los cuerpos colegiados como órganos constituidos por una representatividad plural y heterogénea, que deben ser variables y rotativos. La diversidad de los cuerpos colegiados y la óptica del género, dijo, incentivan las mejores prácticas en la gobernanza de las organizaciones, al posibilitar la participación de todos los actores que tienen intereses en la entidad.

Respecto a la democracia en la universidad, Aguilar Sánchez hizo referencia al investigador Fernando Castaño para señalar que “lo que la autonomía ha promovido es la prevalencia de objetivos, normas y procedimientos académicos, evitando la subordinación de intereses de otra índole, como los del mercado o los de la política partidista”.

En suma, refirió que no se puede más que celebrar que los órganos académicos máximos de cada entidad federativa gocen de una autonomía que garantice una libertad y una independencia, no sólo respecto del Estado, sino en general de cualquier otro tipo de agente social, económico o político.

El doctor en Ciencia Política refirió que no han sido pocas las veces en las que las universidades públicas y autónomas analiza, critican y debaten situaciones políticas y sociales; muchos de los espacios universitarios han funcionado como lugares nuestros de los debates políticos; muchas de nuestras académicas y académicos han observado, analizado, propuesto y señalado los rumbos políticos del país. Lo anterior no sería posible si las universidades no fueran autónomas.

La autonomía forma y tiene entre sus miembros a personas conscientes de que los principios de justicia y libertad son la base de toda entidad autónoma; sin embargo, ésta no debe ser sólo hacia el interior de las universidades, en tanto que una universidad pública y autónoma puede ser un reflejo de una sociedad democrática, crítica y responsable.

La sesión 7.24 (500) contó con la participación de 37 integrantes del Consejo Académico, en la cual se aprobó por unanimidad el único punto, consistente en la aprobación, en su caso, del acta de la sesión 1.24 del Órgano Colegiado, celebrada el día 16 de febrero del año 2024.

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